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El fotógrafo JR y su amigo Marco realizaron, sin autorización, la más grande exposición artística ilegal del mundo, retratando a hombres y mujeres palestinos e israelitas que ejercían el mismo oficio, quienes aceptaron llorar, reír, gritar o hacer muecas delante de la cámara. 
Los retratos fueron pegados “cara a cara” en formatos gigantescos en los dos lados del muro de separación y en ocho ciudades palestinas e israelíes, buscando que los ciudadanos de ambas naciones rompan sus rígidos estereotipos.
 
Algunas de las ciudades donde se pegaron fotografías gigantes son: Beit Sahur, Belem, Tel aviv, Ramallah y Jerusalén.
 
El segundo documental de ese día fue “Los hermanos Oligor” del director Joan López Lloret, de España, 2004.
 
Los hermanos Oligor son dos jóvenes que durante tres años se encerraron en un sótano para crear un mundo de marionetas y artilugios mecánicos a través de objetos reciclados.
 
Sin ninguna experiencia anterior entraron en un proceso de creación en el que dan vida a una pequeña y frágil historia de amor mezclando la realidad y la ficción.
 
La obra se denomina “Las tribulaciones de Virginia” y el director les acompaña por Barcelona, Valencia y Berlín recogiendo opiniones del público y mostrando sus reacciones durante la representación. El documental da testimonio del proceso de creación: construir artilugios para contar y para contarse.
 
En ambos documentales se muestra en pantalla cómo es que fueron realizados, por ello tienen gran valor, son testimonios reales de dos situaciones asombrosas; el primero, “Faces”, es una manera graciosa de encarar el conflicto de Medio Oriente.
 
El espectáculo que nos proponen los hermanos Oligor es más que un juego, es un juego de espejos en el que dar vida a los objetos, consiste en hilvanar historias.
 
Esta muestra de documentales concluyó este jueves con la proyección de los filmes “Klovn for livet” y “Popaganda”.

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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