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Aquí, el Instituto de Cultura de Mazatlán honró a los iniciadores del movimiento teatral en el puerto. Álbumes  fotográficos de resorte metálico y hojas en tono sepia pintadas por los años, carteles publicitarios con diseños toscos y excesos de tinta, recortes de periódico en 1979, 1997 y 2003, programas hechos a mano o en máquinas de escribir, testimonios de la marcha de Zula Ricci, Jorge Brito, Irán De la Fuente, Carlos Ambríz, Carmen Alicia Gastélum, Pepe Cuevas, Javier Chimaldi, Gaspar Velarde, Antonio Haas, Rolando Arenas y muchos más que, en verdad, hicieron teatro, por amor al arte.En punto de las 19:00 horas, el Museo de la Música fue el foro en el que Ramón Gómez Polo y Gina Ovalle presentaron la obra “Sombras ajenas”, del dramaturgo Reynaldo Carballido, al más fiel estilo de la vieja escuela del teatro: sin iluminación ni audio; la escenografía fueron los muebles de la sala de espera del Instituto de Cultura, una mesa verde pálido que soportó austeramente el peso de “Polo” Gómez, una botella con vino (o juego de manzana), dos vasos.
Las actuaciones del director y fundador de la compañía de Teatro Iguana Roja y una de las alumnas egresadas del Taller de Teatro del Instituto de Cultura de Mazatlán, representaron los flagelos, el dolor, las palabras envenenadas de dos amantes; un profesor de español y su alumna, un hombre cínico con miedo al compromiso, una joven desdichada que busca el amor y encuentra el vacío, una charla, entre reproches y confesiones, que revela sus carencias, emociones que se desbocan y derivan en errores, palabras frías, “razonadas”, que no miden el daño que producen; tensión que va en aumento, pasión que quema, juegos que lastiman y derivan, literalmente, en la muerte.
La historia, a escena
Tras la puesta en escena, el maestro Ramón Gómez Polo pidió a Raúl Rico, director del Instituto de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán, en calidad de amigo, productor, actor y promotor del teatro en Mazatlán, que subiera al escenario para entregar cuatro reconocimientos a los pilares de las artes escénicas en Mazatlán: los maestros Carlos Guillermo Ambriz Magallanes y José Cuevas; la maestra Carmen Alicia Gastélum, quien no pudo estar presente y la maestra Zula Ricci, quien falleció hace años y fue evocada con aplausos y en su honor, sus nietos Uriel y Hebar Riccombeni recibieron el reconocimiento.
Posteriormente, Ramón Gómez solicitó a Gaspar Velarde, un adolescente que sin saber nada del teatro, se convirtió en un hombre que le debe a este arte gran parte de la riqueza de su vida; Rolando Arenas, incansable promotor y entusiasta de las artes escénicas, y Javier Chimaldi, el actor con más representaciones en la historia del teatro en Mazatlán, que se integraran al panel para recordar anécdotas y compartir sus puntos de vis

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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