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Acompañados al piano por Sergio Freeman, estos jóvenes talentos formados en el Taller de Ópera del Instituto de Cultura de Mazatlán, que dirige el maestro Enrique Patrón de Rueda, agasajaron a la audiencia con 17 temas en los que desplegaron sus técnicas vocales, pasión y dotes histriónicos.La primera parte del programa estuvo dedicada a la ópera italiana, con temas como O Sole mío, de Ernesto Capua, Vals de Musetta de la ópera La Boheme, de Giacomo Puccini; Non più andrai de Le nozze di Figaro, de Wolfgang Amadeus Mozart; Là ci darem la mano de la ópera Don Giovanni de Mozart; O mio babbino caro y Mira, di acerbe lagrime, de la ópera Il trovatore, de Giuseppe Verdi que fue interpretada por Miguel González y por Julieta Beas, en calidad de artista invitada, quien se ganó fuertes aplausos y comentarios positivos tras su participación. En esta parte del espectáculo Freeman ejecutó en solitario el tema Wildmung, del compositor alemán Robert Schumann.
Algunas interpretaciones se realizaron en forma individual y otras en conjunto, permitiendo que el abanico sonoro y emotivo fuera de la nostalgia al romance, de la pasión a la ternura, del drama a la sensualidad y la picardía teniendo como común denominador el perfecto acompañamiento entre Sergio Freeman  y las notas de los cantantes.
Tras un intermedio de 10 minutos, el recorrido operístico se reanudó con Calla el labio, de la opereta La viuda alegre y Meine lippen de la comedia musical De Giuditta, ambas de Franz Lehár. Posteriormente, Miguel González entonó  Mi aldea, de Jacinto Guerrero y Penélope Luna hizo lo propio con Heia in den Berger, de De Las Csárdás, del compositor húngaro Kalman Imre Koppstein.
Il mondo de Jimmy Fontana, Por ti volaré, de Francesco Sartori y Nella fantasía de Ennio Morricone temas populares de la música italiana, impusieron una atmósfera pasional que fue rematada con tres temas en español que conectaron completamente al público con sentimientos a flor de piel enjoyados en el bel canto, Besos robados, de Jorge Del Moral, Ya no me quieres, de María Grever y Bésame Mucho, de Consuelo Velázquez, cierre que hizo que el público aplaudiera con entusiasmo el talento y la dedicación de estos músicos mazatlecos de primer nivel.

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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