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En punto de las 19:00 horas del sábado 12 de abril, las manos expertas de los maestros Antonio González (piano) y Maximiliano Torres (contrabajo), arrancaron con el tema que dio nombre a este encuentro el Nocturno, del compositor ruso Piotr Ilich Tchaivoksky, creado originalmente para cello.Tras agradecer a la audiencia, Torres anunció la siguiente pieza del programa, las variaciones de Moisés, fantasía sobre un tema de Rossini, creada por el virtuoso del violín Niccolò Paganini para este instrumento.
Con notas delicadas, de gran dramatismo y exquisita factura, el maestro González acompañó a Torres en un tema que exigió al máximo al contrabajista, en el que pudo desplegar una gran velocidad, mostrando así el dominio sobre su instrumento.
Posteriormente, con Allegro alla Mendelsohn de Giovanni Bottesini,  ambos músicos crearon una atmósfera de intimidad en medio de una pieza que demandó concentración y un gran despliegue de armonía entre los artistas.
Sin duda, uno de los momentos cumbres del recital se vivió en el Kol Nidrei, Fantasía sobre temas hebreos para la ceremonia del Yom Kipur, día de la expiación, perdón y del arrepentimiento de corazón en la religión judía.
Esta obra del compositor alemán Max Bruch brilló por la solemnidad y profundidad que los sonidos del contrabajo y el piano supieron evocar y fue la antesala perfecta para el cierre del evento con el Concierto número uno para contrabajo y orquesta, dividido en tres movimientos, de Giovanni Bottesini.
Los asistentes a esta íntima y rica noche musical agradecieron con su aplauso a los maestros Antonio González y Maximiliano Torres por su enorme dedicación y talento presentes en la excelente selección que realizaron para este recital.  
 
 

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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