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Esta obra, ganadora en 2013 del Premio del Jurado en el Festival Internacional de Cine de Cannes, es el segundo trabajo de Kore-eda que se exhibe en el ciclo “Japón: Ayer y hoy”, (la película Caminando se exhibió el martes).Previo a la proyección, el maestro Marco Antonio Lugo, director del Cinematógrafo del Centro Municipal de Artes de Mazatlán, señaló que el ciclo comenzó con la película Vivir de Akira Kurosawa, que ofrece un vistazo al Japón de mediados del siglo 20, mientras que los filmes de Kore-eda representan la oportunidad de echar un vistazo al pensamiento y vida del Japón Contemporáneo.
Ryota Nonomiya y su esposa Midori son un matrimonio de clase alta, él, un competitivo, ambicioso y joven arquitecto, ella una amorosa madre y abnegada esposa, acompañan a su hijo Keita durante el examen de admisión a un colegio privado.
El trabajo de Ryota lo mantiene distante de la crianza de su hijo, y el vínculo con su esposa se hace más débil conforme su crece en su carrera profesional. Un día, los Nonomiya son citados por el hospital en que nació Keita para darles una noticia: el día de su nacimiento, su hijo fue cambiado por otro niño, por lo que Keita no tienen un lazo de sangre con ellos.
Al poco tiempo, la familia Nonomiya conoce a su verdadero hijo, Ryusei, y a sus padres Yudai Saiki, un modesto vendedor, y su esposa Yukari, dependiente de un restaurante. Las diferencias entre ellos no pueden ser más marcadas: la educación y poder económico de la familia Nonomiya y la falta de amor y compromiso que Ryota tiene con el pequeño Keita y con su esposa, contrastan con la sencillez y alegría que reinan en la familia Saiki.
Conforme el filme avanza, la frustración de Ryota por no ver realizados sus ideales de un hijo legítimo, una copia fiel de su talento y espíritu competitivo, lo llevan a desear obtener la custodia de los dos niños, alegando que los Saiki carecen de recursos económicos para proporcionarles a los pequeños un hogar feliz. Mientras tanto, se realiza un juicio en el que una enfermera afirma no haber cometido ninguna clase de error, sino que se trató de una especie de venganza en la que ella desquitó su frustración por un matrimonio infeliz afectando la aparente armonía de la familia Nonomiya.
Tras algunos meses, las familias llegan al acuerdo de realizar un intercambio de hijos. La obsesión de Ryota por tener a un hijo de su propia sangre le impide ver el amor que Keita tiene hacia él, y como era de esperarse el cambio resulta ser un absoluto fracaso para los Nonomiya: Ryusei no quiere a Ryota, Keita empie

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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