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“Yo me acuerdo que lo que vi era un gatito, una cabeza de gato con los ojos vendados y sentado con su cuerpo humano; en sí lo que yo vi fue un cuadro, no fue que estuviera vivo ni nada, yo recuerdo que vi un cuadro”, relata el artista sobre la génesis de este proyecto.Partiendo de la tesis de que la infancia es una etapa definitoria en el desarrollo del ser humano, “Favius”, como se le conoce el mundo del arte urbano, realizó un meticuloso trabajo de investigación para plasmar un universo contradictorio en donde la dulzura y el dolor, la confusión y claridad conviven a partir de un concepto sólido.
“Cuando yo meto en particular esta exposición, la metí al Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico de Sinaloa (PECDAS) la justifiqué diciendo que la iba a plantear desde la perspectiva de la psicología; dentro de psicología existe el termino de resonancia, una resonancia es cuando tú ves por ejemplo algo, y esto tiene que ver contigo psicológicamente, aunque no lo sepas conscientemente, el inconsciente lo capta, entonces muchos de los cuadros de esta serie están basados en los sucesos un tanto trágicos en la vida de una persona, por ejemplo el abandono de niño, el maltrato, la soledad, los secretos” señala el joven artista que ha realizado 11 exposiciones individuales y más de 120  colectivas en países como México, España, Estados Unidos, Inglaterra y Japón.
Para la creación de estos limbos, Montoya se ha dado a la labor de explorar el estilo lowbrow, una corriente artística nacida en Estados Unidos y que busca una creación de carácter urbano, ajena al refinamiento de la alta cultura, y esto se debe a la necesidad de llegar a un público afín a sus búsquedas.
“Mi estilo tiene que ver más con comics, grafitis, con otro tipo de manifestaciones que no son de un arte formal, entonces como artista joven yo trato de hablar con los discursos que les interesan a los jóvenes”.
Personajes en llamas, corazones que salen del pecho, animales de fantasía sumidos entre el dolor y el renacer de la esperanza serán presentados en más de 20 obras de mediano formato, así como en una instalación de aproximadamente 2.5 metros hecha con dibujos, figuras y pinturas en formatos más pequeños que muestran todo el proceso de creación de las piezas más formales.
Además, “Belleza Desafortunada” vendrá acompañada de las más recientes exploraciones de Favio Montoya, formatos en los que demuestra su pujante interés por encontrar nuevos medios de expresión.
“Hay dos piezas que son arte-objeto, intervención de mu&

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