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Niños y jóvenes de entre 4 y 17 años, salieron ataviados con vistosos trajes de Estados como Sinaloa, Tamaulipas, Veracruz y Jalisco ante un público que copó todas las localidades disponibles y que enfrentó el intenso calor con una sonrisa y el mejor de los ánimos ante el esfuerzo de los bailarines. 
El desfile de costumbres, colores y pasos de baile de la República Mexicana empezó con la alegría de Guerrero; Veracruz, su sensualidad, picardía y dulzura quedó plasmada en los repiques de la arpas y minutos después llegó el turno de Tamaulipas, la riqueza cultural de la Huasteca bañó el escenario con un fresco de colores y movimientos que entusiasmaron al auditorio.
 
Entre número y número, los discípulos de Juan Francisco Navarro Briones, dejaban ver lo extenuante de su labor, ya que los pesados y elaborados trajes tradicionales exigieron al máximo a estos jóvenes talentos que en todo momento dejaron ver su gran disciplina y amor por el baile.
 
Jalisco y Sinaloa fueron los Estados con los que se cerró esta entretenida tarde de verano, al ritmo de temas que pintan alegría y orgullo en el rostro de cualquier mexicano: “El son de la negra”, “El sauce y la palma” y “Mazatlán” que redondearon un espectáculo plagado de sabor patrio en los pasos, vestidos y canciones de estos jóvenes y niños que incursionan en las danzas folklóricas de México.
 

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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