La cita fue el pasado miércoles por la noche. Cientos de personas, hombres, mujeres y niños de distintas edades se reunieron en el sitio donde cada año las familias mazatlecas despiden a los hombres del mar, cuando apenas se levanta la veda del camarón.Al festejo asistieron regidores de la Comisión de Pesca del Ayuntamiento de Mazatlán, funcionarios municipales y estuvo presidido por el Alcalde Carlos Eduardo Felton González, quien destacó que gracias al esfuerzo y trabajo de varias generaciones, Mazatlán es considerado hoy como un puerto pesquero de altura.
El escenario y el espectáculo fluyó a cargo del personal del Instituto Municipal de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán, bajo la dirección general de Raúl Rico González, quien recordó a quienes perdieron la vida durante el huracán Ismael y destacó el valor y el entusiasmo de los pescadores en activo que salen al mar en busca de sus mejores frutos.
Para dar la bienvenida fue interpretada la Danza del Venado. La eterna danza ritual en donde el venado lucha por su sobrevivencia e intenta liberarse de su cazador.
De la antigua dramatización, la fiesta dio un giro hacia los bailes más representativos de México con la actuación del Ballet Folklórico del Instituto de Cultura. Las coreografías llenas de vida, color, movimiento y alegría fueron coordinadas por el maestro Javier Arcadia.
Los jóvenes bailarines de CULTURA, se echaron al público a la bolsa con alegres interpretaciones entre las que sobresalieron los cuadros sinaloenses.
El Ballet Folklórico compartió el escenario con el cantante Oscar Gómez, cuya capacidad vocal e interpretativa le ayudó a conquistar a la audiencia con temas acompañados por el Mariachi Continental y la Banda La Mazatleca.
“Qué bonitos ojos tienes”, “Mi gusto es”, “El Sinaloense, “Paloma negra” y otras emblemáticas composiciones del cancionero tradicional mexicano fueron degustadas por el público en una noche llena de sorpresas y de regalos.
Fue el Alcalde Carlos Felton y su esposa quienes entregaron algunos premios a los afortunados ganadores de la rifa nocturna. Una estufa, microhornos, abanicos y otros enseres electrodomésticos recibieron los familiares de los pescadores para cerrar con broche de oro la fiesta dedicada a los hombres del mar.