El primero, el cortometraje animado “Alma negra”, de la canadiense Martine Chartrand, es un viaje de once minutos a través de la dolorosa, colorida y valiente historia de la raza negra. En una pequeña habitación, una anciana toma café y observa un libro sobre el continente madre, África. Su nieto entra triste, y derriba una figura tribal.A partir de los conflictos y misterios de la raza negra, sus momentos de triunfo, los aires de la esclavitud en Egipto, los campos de algodón, el sueño del Dr. Martin Luther King, la opresión en fábricas, el vuelo de libertad de Jesse Owens, el sentimiento en el jazz, “Alma negra” expone un fluido y por momentos nostálgico recorrido del significado profundo que hay en la sangre, en la herencia.
En la escena final, el pequeño regresa a la calle, un grupo de niños lo rodea y juntos crean, con la blanca nieve, un tótem gigante, hecho con la alegría, la pureza y el amor de todas las razas.
Posteriormente, el documental “No hay lugar lejano”, de la talentosa directora mexicana Michelle Ibaven, ofreció un ríspido, crudo y bello instante para acercarse al dolor y complejidad de la tribu tarahumara.
Encallados en la Sierra de Chihuahua, una comunidad observa cómo el progreso (la política, la ley) ha confiscado sus tierras para construir hoteles y así aumentar la riqueza de políticos y empresarios.
La pobreza económica y humana, la falta de oportunidades, la exquisita simplicidad de la vida, el poderoso arraigo a la tierra, la perversidad, la inocencia, tradición, modernidad y la incertidumbre ante el futuro, discurren en el filme cuando la directora se enfoca en distintos protagonistas.
Niños, ancianos, hombres y mujeres, turistas y las voces de los relatos y mitos del pueblo tarahumara, exponen la difícil situación del choque cultural que produce violencia y un paulatino desgaste de la identidad, al tiempo que se absorben visiones, ideas y expectativas de una cultura que no es la propia.
La portentosa fuerza de la naturaleza en marca este documento con paisajes de lluvia, vegetación, sequía, niebla, atardeceres, alba y ocasos que definen perfectamente la enorme riqueza de una tierra que, por motivos de la ambición, no respetó las necesidades de un pueblo milenario, y quienes, a su vez, se encuentran seriamente limitados y en una encrucijada que asimilar por completo los valores de otros, o agarrarse de los suyos con toda la dignidad posible.
Pese a algunas deficiencias de audio, “No hay lugar lejano” fue una manera excelente de clausurar La Muestra de la Décima Muestra Internacional de Mujeres