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Con cuatro recorridos a lo largo y ancho del Centro Municipal de Artes de Mazatlán y del Teatro Ángela Peralta, la celebración arrancó en el CMA con una explosiva y candente exhibición de baile y música caribeña protagonizada por esqueletos ataviados con vestidos del trópico.Convertida en una caverna iluminada por luz negra, la Galería Rubio condujo a los asistentes entre pinturas fluorescentes elaboradas con diferentes técnicas, pero unidas por un mismo tema: la omnipresente e inevitable huesuda, que tuvo como aliados a un grupo de aterradores piratas que entre alaridos y sorpresivos lances contra el público erizaron la piel, la mirada y los gritos de hombres, mujeres, ancianos y niños por igual.
Subiendo y bajando escaleras, el público conoció en la oscuridad las entrañas del centro cultural más importante del puerto, y en la tercera etapa del recorrido se encontraría justo al centro del escenario del Teatro Ángela Peralta, en donde al levantarse un telón, el área de las butucas estaba dominada por una soberbia Calavera Catrina, más arriba, en el segundo balcón, una orquesta de esqueletos entonaba “El son de la negra” y justo frente al público, un grupo calacas fluorescentes se deshacía en un vistoso baile.
Antes de poder tomar aliento, otro telón, al fondo del escenario, se elevó para dejar ver a un grupo de arlequines del inframundo, que como auténticos espíritus chocarreros desataron su locura al son de “Los papaquis”, mientras al fondo Suzset I, e Ivanna I, Reina Infantil y Reina de la poesía del Carnaval Internacional Mazatlán 2014 saludaban a sus súbditos al tiempo que un enorme cuadro de Rigoberto “Rigo” Lewis, quedaba expuesto como un bello gesto para el hombre que, en vida, le dio identidad y carácter a los desfiles de la máxima fiesta del puerto con su carrozas alegóricas.
Subiendo y bajando escaleras, esquivando arlequines y payasos enloquecidos, corazones y huesos que colgaban del techo, telaraña, humo y rostros iluminados que dejaban ver su agonía, la procesión llegó a la Galería Ángela Peralta para rodearse de grabados que, en blanco y negro, corporizaron el carácter volcánico del hombre y la obra que allí fueron celebrados: José Revueltas, autor fundamental de la letras nacionales, traído a la memoria popular en esta noche tan especial por el artista Alberto Híjar.
La etapa final del recorrido estaba cerca, y en su descenso al lobby del TAP tres aparadores vivientes ofrecieron una espectacular visión de piratas y Catrinas acompañados por una impactante decoración elaborada por los alumnos de la Carrera Técnica en Artes Plásticas.
Un imponente altar con la figura de Ángela Peralta,  “El Ruiseñor Mexicano&r

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