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Partiendo de discursos y reflexiones de filósofos y sociólogos como Teresa de Laurentis, Michael Foucault y Beatriz Preciado, “Ellas-Ellos-Elles” se erigió como un torbellino de emociones, recursos escénicos, ideas y camaleónicas actuaciones para lanzar interrogantes sobre la identidad sexual, social, económica, política e histórica del ser humano.La escenografía de carácter minimalista, reforzada por un eficaz uso de la iluminación, recibió uno a uno a los cuatro personajes: una mujer mayor, un hombre en silla de ruedas, una madre soltera y un dragqueen interpretados, respectivamente, por Julia Rocha, Juan Carlos Valdibia, Eva Audelo y Javier Díaz.
De la desesperación y el caos, los personajes de “Ellas-Ellos-Elles” viven una intensa transformación hacia la paz y la libertad, no sin antes revelar sus historias de vida, exorcizar los pacientes demonios que crecieron con los atavíos familiares, sociales y también, económicos y mercadológicos: el odio social hacia su sexualidad, la castración impuesta por las convenciones, la ignorancia del propio cuerpo, el resentimiento y el abandono, los anhelos insatisfechos y otros lastres.
Sin embargo, pese a la densidad del texto (que contó con la colaboración de María Fernanda González), rico en su lenguaje poético y en las alusiones sociales que lo componen, el trabajo de Teatro Los Hijos de María tuvo la capacidad de hacer un llamado, no sólo a la reflexión, sino a las emociones: la ternura, el miedo, la compasión, la ira, la pasión y la alegría convivieron y chocaron poniendo de relieve la complejidad del ser humano y sus fibras más íntimas.
Y, en este mismo sentido, el del afinamiento extremo de sus recursos, el trabajo actoral de los protagonistas destacó en su conjunto: cierta ingenuidad y pureza en el “hombre de la silla de ruedas”; desesperación y ansia de amar, en “la madre soltera”; resentimiento e ímpetu, en la “mujer adulta”, y la audacia irrefrenable, la exuberancia vital y picardía del “dragqueen”. Esto fue posible por la frescura del debut actoral de Valdibia, la intensidad de Audelo, la magnética presencia de Rocha, y en especial, el desafío físico que Díaz Dalannais emprendió, desde el vestuario, a su gama de gestos, movimientos y voces.
Sin duda “Ellas-Ellos-Elles” es la propuesta del Festival Cultural Mazatlán 2014 que mejor revela que los artistas porteños ya alcanzaron la capacidad de hacer que el espectador vea el arte como una posibilidad de crecer como individuos y miembros de una comunidad.

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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