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Impulsado por  Amigos de Delfos como  evento anual de recaudación, “Cuerpo Gourmet” se erigió como una experiencia única en donde la danza, la pintura, la arquitectura, la música, el teatro, la gastronomía y el encuentro social se dieron la mano para generar un encuentro explosivo.El patio central de la impresionante casona dio la bienvenida al público, y desde allí el mundo ya era otro: la exuberante vegetación, la exquisita atmósfera, el calor de los tragos, la charla y una serie de extravagantes personajes que fueron los guías que condujeron al público a los ocho espacios en donde, de manera simultánea, de desarrollaron las coreografías creadas por Delfos, y los alumnos de la Escuela Profesional de Danza de Mazatlán.
De esta forma, cada coreografía estuvo acompañada de un platillo especialmente preparado por el Chef Becerra: “Antropofagia”/ “Sueños de carne en salsa de antojo y hambre”; “El ingrediente secreto (y como la gente no sabe ni lo que come)”/ “Garnacha de barrio chilango con longaniza del estero”; “Fulanitos”/ “Coctel de cuatro criaturas en salsa de regocijo fresco”; “La Cita”/ “Timbal de dos religiones al plátano macho y chancho arrabalero”; “Sangrando en el cielo”/ “Reproche del ganado emparedado con salsa BBQ y pan del granjero al elote”/; “Ausencias” / “Recuerdos de frutos prohibidos cubiertos de nostalgia al chocolate”; “Al borde… olvido”/ “Bocadillo de pasión caliente servido en frío”/ “Retrato de Familia”/ “Suspiro dulce de ponedora”.
De esta forma, el menú discurrió entre el voluptuoso sabor de un pie de carne, con plátano frito, frijoles, cebolla curtida, y un sensual mi-musical estelarizado por una cantante al ritmo de bolero y cha-cha. También hubo espacio para exquisitos dulces de fresa, chocolate y muse de maracuyá, y muñecos salidos de una pesadilla, o los encuentros y ausencias de una pareja.
Tras cada coreografía, el público regresaba al patio central a elegir su próxima experiencia, para que al final de la noche cada quien tuviera la oportunidad de elegir cuatro: ¿en el baño, junto a cuatro amantes varoniles y una sándwich de roas beaf? ¿O bien, una mini hamburguesa al lado de tres personajes que se debaten, gozando, entre someter y ser sometidos? Quizá sería bueno elegir un coctel de mariscos al lado de personajes salidos de un cuento de hadas, o, mejor, una garnacha de longaniza y camarón junto a cuatro cocineros que hacen del albur un ingrediente central de su pieza.
Tras terminar el ejercicio, la maestra Claudia Lavista, directora de Delfos, agradeció la presencia del público, pidió un aplauso especial para el Chef Diego Becerra y el personal de Casa García y solicitó la presencia del licenciado Raúl Rico, director del Institut

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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