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El pianista dio la bienvenida al público y explicó que cada una de las piezas que tocaría había inspirado  más de un poema o texto poético en el pasado.  Segundos después, Penélope Luna inició el recital con Verschwiegene Liebe del compositor esloveno Hugo Wolf. 
La soprano, quien lucía un  vestido lila compartió la importancia que tenía para ella el repertorio que interpretaría  pues todas esas canciones están basadas en el amor y la naturaleza, temas que le provocan más alegría al cantar.
 
Penélope Luna, se encargó de llevar al público a través de un ameno viaje musical  a lo largo del concierto con piezas basadas en los sueños, serenatas y canciones tristes, de reconocidos autores clásicos como Richard Strauss, Franz Schubert y Claude Debussy.
 
Cabe destacar que todo el concierto fue apoyado por una proyección multimedia, que  mostró cada una de las letras de los poemas que inspiraron las canciones, detalle que permitió al público empaparse a fondo en el romanticismo que destilaba la soprano.
 
La sorpresa de la noche fue cuando Nina Farvarshuk, maestra de violín del Centro Municipal de las Artes, subió al escenario y junto al pianista y la cantante, brindó una magistral interpretación de Morgen de Richard Strauss, romántica pieza que habla sobre la búsqueda de la felicidad a través del amor.
 
Héctor Acosta tomó de nuevo el micrófono antes de tocar la emblemática canción Claro de Luna del francés Claude Debussy, y comentó que esa pieza, además de evocar el misticismo y romanticismo de la noche, ha servido para que varios autores legendarios se hayan formado un estilo musical como lo fue Nocturnes del virtuoso compositor polaco Frédéric Chopin.
 
Al finalizar el concierto, el público se puso de pie y agradeció la entrega de los artistas con fuertes aplausos. Ellos,  satisfechos, se tomaron de la mano y dieron una ovación al respetable, para después salir del escenario escoltados por una nueva onda sonora.
 

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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