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Invitado al puerto por El Colegio de Sinaloa, con el apoyo del Instituto de Cultura de Mazatlán, el autor de “El amante de Janis Joplin” salpicó a la audiencia de la figura monumental de “Gabo”, un autor que con su escritura tuvo la capacidad darle a Colombia, su patria, la etiqueta de “El país del realismo mágico”.Mendoza se dio a la labor de reconstruir, con palabras sencillas y buen humor, el mito de García Márquez: su capacidad de ser amigo, a un tiempo, de Bill Clinton y Fidel Castro; el origen legendario de novelas como “Cien años de soledad” o “El amor en los tiempos del cólera”; y también, el carácter excesivo, mundano, crítico, solidario y único de un personaje que influyó, como poco, al mundo desde la literatura por siempre partir de hechos sencillez, cercanos a la humanidad.
Sin duda, uno de los aspectos únicos de “El indiscreto encanto de ser lector de García Márquez” fue cómo el autor culiacanense aceptó con humildad vivir bajo la inconfundible imaginería del universo de García Márquez: su escritura hipersensorial y fragmentaria, su manera de vivir de recuerdos y la constante “violación de lo verosímil” que le permite asombrarse más ante la vida.
Entre anécdotas de sus viajes a Colombia y España, en donde ha compartido por igual con otros escritores y autores sobre la obra de García Márquez; recuerdos de cómo la presencia de “Gabo” marcó al ámbito de la literatura mundial por su escritura, pero también, por su leyenda, Élmer Mendoza permitió que la Galería Ángela Peralta se bañara con el color amarillo que, para él, posee el espíritu y la vida inagotable del Premio Nobel de Literatura 1982 y así cerrar una presentación memorable.

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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