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Silvia Flores y Giovanny Armenta, de la compañía Iguana Roja Teatro, del Instituto de Cultura de Mazatlán, dieron vida a una atípica pareja que decide saltar la etapa del cortejo para volcarse en el enamoramiento profundo.“Natasha” es psicóloga, y usa esa experiencia para desarrollar su proyecto escolar “El amor en los tiempos del odio”. Él simplemente está en busca del amor de su vida.
A medida que los personajes se relacionan, nace un cariño a raíz de la soledad y miseria espiritual. “Natasha” se da cuenta que está con él por gusto y no por su investigación. El amor crece, se sinceran, se vuelven frágiles y dependientes emocionales del otro. Pasa el tiempo y con él, las peleas.
La obra desarrolló el inicio, la desastrosa evolución social de la pareja, y también, cómo con el paso del tiempo,  tras haber tenido un embarazo, formaron su vida como familia.
El dilema de los amantes es siempre el mismo: ¿Qué es lo que realmente los une? ¿Lo suyo es amor o costumbre? ¿Es posible fingir el amor? O incluso ¿El amor en realidad existe?
Cabe destacar que la obra, escrita por Saúl Enríquez, cuenta con diálogos poéticos que ocasionalmente hacen referencia a la obra del chileno Pablo Neruda. Esto puedo apreciarse en la afición de “Natasha” por la poesía, detalle que intensifica las escenas románticas.
Poema para tres es una montaña rusa de emociones que violenta al espectador entre el dramatismo que representa la impotencia de una pareja al ser dependiente emocional, el romance y la reacción ácida de los personajes como mecanismo de defensa psicológico.
Tras una hora de risas y un drama tan fácilmente identificable, y por ende intenso, la obra llegó a su fin con unos versos de José Alfredo Jiménez. Los actores se tomaron de la mano y reverenciaron al público. Éste les agradeció con un fuerte y prolongado aplauso que perduró incluso varios segundos después de que ellos abandonaran el escenario.
 
 

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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