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Inteligente y clara en sus ideas, Blanca estudia odontología, y por las tardes, trabaja como asistente en un consultorio dental, algo que demuestra la firmeza de sus decisiones. Además, la lectura, el teatro y el baile han formado parte de sus gustos y aficiones, por lo que el espíritu artístico que existe en el Carnaval de Mazatlán despierta en ella más ilusiones y desea vivirlo al máximo, sin importar que la fiesta también ofrezca momentos complicados. 
“El Carnaval te regala muchas experiencias, buenas y malas. Hay comentarios negativos que te hacen ser mejor persona si los sabes tomar como te conviene. Yo siempre he creído que lo importante no es lo que te sucede, sino cómo reaccionas ante lo que te sucede; y definitivamente las cosas positivas, como disfrutar la fiesta, el compañerismo, conocer gente y solidarizarte con quienes convives, son algo incomparable”.
 
Si piensa en Carnaval, Blanca sonríe: la fiesta le ha dado algunos de sus recuerdos más entrañables.
 
“Nunca voy a olvidar el desfile y la coronación. El desfile es único: cuando vas compartiendo con todas las demás personas y desde lejos te van gritando cosas positivas. Y la coronación es un momento increíble para una niña de 11 años: es algo realmente mágico y de verdad cambió mi vida, son los recuerdos más bonitos de toda mi vida y lo quiero repetir ahora a mis 22 años”.
 
Por último, Blanca Herrera tiene claro que en caso de acceder a una de las máximas coronas, ella no cambiará en lo más mínimo, pues considera que hoy en día ya está preparada para ser una digna representante de Mazatlán.
 
“Mi carácter no va a cambiar. Soy una mujer muy generosa, compasiva y si llegara a obtener una de las coronas me gustaría ser recordada como una reina caritativa que ayuda a los más necesitados”.

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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