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En su tercera presentación, “Mazatlán por el flamenco” cerró su programa que, con el apoyo del Instituto de Cultura de Mazatlán, llevó la pasión, gracia e intensidad del flamenco a la Glorieta Sánchez Taboada, la Plazuela Zaragoza y ahora tocó el turno al corazón del Centro Histórico.Frente a los emblemáticos Portales de Cannobio, las bailaoras Citlalli Iglesias y Soledad Sánchez se plantaron sobre un templete para dirigir a un pintoresco grupo que entre hombres y mujeres, niños, jóvenes y adultos, mexicanos y extranjeros, armaron una colorida coreografía flamenca.
Al ritmo de canciones como “Una rosa es una rosa”, “Bambolero”, “Tu boca” o “Quiéreme”, los pies, caderas, hombros, cabezas y manos giraban, hacían del cuerpo un instrumento de percusión y recibían el atardecer llenos de ritmos y magias gitanas.
Mientras sobre el entarimado las maestras dirigían la coreografía, abajo, entre los tímidos que miraba desde los restaurantes y bajo los árboles; las bailaoras Laura Yoko y María José Valdés los invitaban con una sonrisa a sumarse al grupo que crecía lento y cadencioso hasta arrebatar la mirada a todos los que ingresaban a la Plazuela Machado.
Al culminar el baile el público mostró su agradecimiento a las artistas que integran “Mazatlán por el flamenco”, quienes para el próximo año esperan repetir y ampliar su programación esperando ganar nuevos adeptos de los hechizos del máximo baile español.
 
 
 

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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