A sus 17 años Anabel está entregada en cuerpo y alma a su preparación para buscar una de las dos máximas coronas del Carnaval, pero sobre todo, está dedicada a vivir esta experiencia con intensa alegría.“El ser humano siempre busca la felicidad y qué mejor oportunidad puede haber de disfrutar y vivir grandes momentos de felicidad que el Carnaval, esta fiesta monumental que nos reúne a todos los mazatlecos”, señala esta bella estudiante de preparatoria del Instituto Cultural de Occidente.
Junto a su deseo de disfrutar la fiesta, Anabel asegura que una de las principales razones para formar parte de la historia del Carnaval ha sido el descubrir cómo esta celebración ha crecido, evolucionado y convertido en un evento que ha marcado de muchas formas a la sociedad porteña.
“Cuando conocí que el Carnaval nació como un festejo informal y divertido, aunque desordenado, en las llamada ‘Fiestas de la harina’, y que fue cambiando gracias a la visión de hombres como el Dr. Martiniano Carvajal, que se opuso a que desapareciera y propuso crear un evento mucho más ordenado, entendí de qué manera esta fiesta es parte de nuestras raíces. Yo me convencí de participar porque el Carnaval es parte esencial de nuestra cultura, en esta fiesta está nuestra historia y habla de quiénes y cómo somos los mazatlecos”.
Anabel busca en sus recuerdos y evoca las luces, la música y la belleza de las grandes reinas del Carnaval, entre quienes destaca a Leticia Arellano, que desde lo alto de los carros alegóricos inspiran cada año a miles de niñas que, como ella, buscan convertirse en una digna embajadora de los mazatlecos ante México y el mundo.
“De ganar la Corona como Reina de Carnaval o de Juegos Florales yo me visualizo como una reina dedicada a los mazatlecos y como alguien que de verdad pueda apoyar y darle la mano a quien lo necesite”.