El cuento sinfónico presentado por el Instituto de Cultura de Mazatlán llegó hasta la secundaria ubicada en la colonia Urías para dar un plus a la visita del Bibliobús.El maestro González Parra dirige desde hace cinco años la Secundaria General 5 en donde alumnos y maestros, navegan contra corriente por estar edificada en una zona minada por la marginación y propensa a reproducir los brotes de la delincuencia.
Por eso, al concluir el espectáculo protagonizado por alumnos de la Escuela de Ballet Clásico del Instituto de Cultura de Mazatlán, no dudó en enfatizar que eventos como “Pedro y el Lobo” – en donde la música y la danza clásica se combinan para narrar una historia y el público aprende a reconocer el sonido de cada instrumento-, pueden cambiar la vida de muchos jóvenes.
Este tipo de espectáculos ayudan a descubrir que existe algo más allá del pandillerismo tan común en el ambiente hostil y adverso en el que algunos se desarrollan, comenta el maestro González Parra.
Por su reacción se nota que no habían asistido a un espectáculo de ballet, tampoco escuchan música clásica, pero por algo se empieza, ahora lo importante es generar las condiciones para que estos espectáculos sucedan con más frecuencia, dice el director de la General 5.
Dirigidos por Zoila Fernández, los artistas dieron vida a la emocionante historia recreada a partir de la música de Serguie Prokofiev, recreada bajo un frondoso árbol, de largos brazos tapizados por ramas verdes.
Una barda de piedra y otro árbol, pintados sobre madera, ubicaron la historia en el bosque donde vivía Pedro, intrépido niño que desobedece a su abuelo y con ayuda de sus amigos , “El gato” y “El pajarito”, logra atrapar al feroz lobo que acechaba el lugar y se había comido a un “Pato”.
Los alumnos de primero, segundo y tercer grado de secundaria ocuparon las sillas colocadas sobre la tierra por el personal de Cultura; otros se acomodaron en la banqueta de los salones de enfrente. Otros más, se pararon en medio del enorme patio y algunos optaron por sentarse en el piso de tierra, mientras los maestros, observaron bajo la sombra de los árboles contiguos.
Al final todos contentos ante la osadía de Pedro que atrapó al lobo, aplaudieron con discreción mientras otros siguieron sentados, con la mirada clavada en el escenario.