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Para  los disciplinados bailarines  el  espectáculo marcó su fin de cursos después de diez meses de ensayar este ecléctico programa bajo la guía de  su director y maestro Juan Francisco Navarro. A partir de danzas típicas de los estados de Chiapas, Yucatán, Guerrero, Michoacán, Jalisco, Sinaloa, Veracruz y Nuevo León, los talentosos jóvenes compartieron con el público  un poco de la gran riqueza cultural que impera en todos los rincones del País.
El intenso zapateado, la música que refleja fielmente las raíces del pueblo mexicano, la siempre sonriente y alegre actitud de los bailarines y los distintos complementos del colorido vestuario, fueron algunos elementos que emocionaron al público local y a los turistas que transitaban por la plazuela.
Las fotos del recuerdo no cesaron en la hora del espectáculo. Algunos asistentes decidieron amortiguar el calor con nieves, raspados o aguas frescas, mientras otros observaban emocionados la coordinación de los bailarines en los abundantes giros y diversas representaciones dancísticas.
Al término del programa, el maestro Navarro felicitó a los alumnos por cumplir el reto de superarse a sí mismos a través de la danza, a sus padres por apoyarlos y al Instituto de Cultura de Mazatlán por apoyar al colectivo dancístico. Después entregó junto a Javier Arcadia, coordinador del área de Danza Folklórica, las constancias del curso a cada uno de sus alumnos.
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The Dances of Mexico in the last M Artes of Cultura Before a large crowd gathered on the Esplanade of Plaza Republica, the Children and Youth Ballet Folklorico of the Instituto de Cultura de Mazatlan dismissed the program M Artes de Cultura with dances from several states of the Mexican Republic. For the disciplined dancers, the show marked the end of classes after ten months of rehearsing this eclectic program under the guidance of its director and maestro Juan Francisco Navarro. With typical dances from the states of Chiapas, Yucatán, Guerrero, Michoacan, Jalisco, Sinaloa, Veracruz and Nuevo León, the talented young people shared with the audience a bit of the great cultural wealth that prevails in every corner of the country. The intense footwork, music that faithfully reflects the roots of the Mexican people, the always smiling and cheerful attitude of the dancers and the different complements of colorful costumes, were some elements that thrilled the hometown crowd and tourists who were in the square. Photos of remembrance didn’t end during the show. Some attendees decided to fight the heat with nieves (ice cream), raspados (sow cones) or aguas frescas (fresh fruit waters), while others excitedly watched the

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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