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“Todavía no me la creo. Estuvo muy fuerte la competencia, éramos muchísimos aspirantes, fueron tres etapas, muy densas, pero como recién egresada del Nivel Técnico en Artes Teatral me sentía con las bases para lograrlo”. Bolena formó parte del Taller de Teatro y la Carrera Técnica en Arte Teatral del Instituto de Cultura de Mazatlán. Fueron cuatro intensos años en los que una tímida jovencita de preparatoria que busca su camino se transformó en un mujer que sabe que el teatro es su destino.
“Cuando entré al Taller de Teatro era una chiquilla de 16, 17 años que no sabía qué hacer. Pero cada vez que me presentaba en el teatro y se abría el telón era una emoción inexplicable. Decía ‘yo me quiero dedicar a esto, yo quiero estar allí, ver a todas esas personas’. Y a mis papás les encantó, siempre me apoyaron. El teatro te ayuda a ver la vida de otra manera y tomé la decisión de que no podría hacer otra cosa, el arte me gusta muchísimo y esta rama del arte me encanta.”
Durante sus pruebas de admisión en la ENAT, Bolena Guevara recordó que, desde el momento en que supo de la existencia de esta escuela, ella tomaba cada curso, ensayo y representación en Mazatlán como si fuera su examen de admisión para esta institución. Ella sabía que contaba con argumentos sólidos.
“Aquí (en el Taller de Teatro y la Carrera Técnica en Arte Teatral del Instituto de Cultura) me dieron la tranquilidad de ser tú. No pretender ser alguien más. En el examen de la ENAT se pedía caminar y algunos lo hacían como modelos. Aquí me inculcaron mucho el ser tú mismo y hacer lo que tienes que hacer y necesitas hacer. Ser muy atenta a las indicaciones y siempre escuchar al maestro. Siempre preguntar y no quedarte callada”.
Apunto de experimentar una nueva forma de vivir y entender el teatro, la joven mazatleca reflexiona sobre cómo el significado de este arte ha cambiado de forma radical en tan poco tiempo.
“Yo no sabía lo que era el teatro. Yo pensaba que me iban a preparar para trabajar en una telenovela. Pero cuando empiezas a darte cuenta qué es este arte, y para qué sirve, que no sólo te preparan como actriz, sino para la vida, mi concepto cambió. Un actor debe saber observar la vida para poder crear un personaje. Para crear un personaje tienes que estudiar la psicología del personaje que viene en la dramaturgia. No somos psicólogos, pero aprendes mucho sobre la personas, sobre su carácter. Empiezas a entender a muchas personas, empiezas a entender las emociones y creo que eso te abre un panorama mucho más claro sobre la vida”.

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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