La locura de la máxima fiesta del puerto conmocionó las principales avenidas de la ciudad con música, comparsas, porras, bailarines y fuegos artificiales que hicieron que hombres y mujeres, niños y ancianos, trabajadores y ociosos, sometieran un momento sus vidas ante la belleza, algarabía y buen humor que ofreció la colosal manifestación organizada por el Instituto de Cultura de Mazatlán.En su camino de la Avenida de los Deportes a la Avenida Ejército Mexicano, el contingente tuvo por público a los alumnos de la Universidad Autónoma de Sinaloa, que siempre frescos y desfachatados alentaron a las bellas aspirantes a la máximas coronas del Carnaval 2018, a las pequeñas que compiten por el trono infantil y a los candidatos a Rey de la Alegría.
Al frente de la manifestación Los papaquis anunciaban el paso de los actuales soberanos del Carnaval porteño encabezados por Viviana I y Rosina I. La dirección y supervisión del evento estuvo a cargo de Raúl Rico, productor de la máxima fiesta porteña.
Por su parte, Daniela López Caballero, Alexa Méndez Sarabia, Sofía Briseño, Mayrim Morales Miramontes, Elsie Alejandra Muzquiz, Alejandra del Rosario Tirado Tirado, Jéssica Margarita López Salazar, Ana Paola Beltrán, Paola Estefanía Nordahl Macías, Brisia Carolina Tirado Martínez y Gabriela Lizbeth Cristerna Díaz, candidatas a Reina del Carnaval y Reina de los Juegos Florales, lucieron más hermosas que nunca, henchidas de confianza y orgullo al contar con grupos de apoyo cargados de ingenio y energía.
A su paso, automovilistas y peatones no tuvieron más remedio que detenerse y sacar sus teléfonos para inmortalizar en videos o fotografías la forma en que el Carnaval pintó de morado, rojo, blanco, verde limón, rosa, azul, naranja, negro, esmeralda, fucsia y dorado el aire, los rostros y corazones de los patasaladas.
A su estilo, cada una de las muchachas tiró la casa por la ventana para ser la candidata que llamara más la atención. La mayoría con carros lujosos, una de ellas llevó caballos bailadores, otra estuvo acompañada por una pequeña manada de motociclistas y una más, atrajo las miradas con un carro lleno de strippers.
Un cuete tronaba en lo alto del cielo, señal para que familias, peatones, estudiantes, automovilistas y trabajadores se acercaran a las banquetas para contemplar esta kilométrica fiesta andante. Hubo incluso algunos carnavaleros de hueso colorado que cerraron sus locales para no perderse ningún momento del desfile.
Más atrás, Ivanna y Aylín, Reina Infantil y Reina de la P