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Un ejercicio de libertad que es complejo, diverso, rico, desordenado y azaroso y que lo ha llevado a abordar, simultáneamente, géneros literarios tan diversos como la novela, el cuento, la poesía o el ensayo. El público mazatleco se dio cita en la Galería Ángela Peralta para acompañar al escritor invitado por el Instituto de Cultura de Mazatlán para ofrecer esta charla en la que hizo una detallada evocación de su infancia y revivió el momento en que comenzó a leer y la presencia recia y amorosa de su abuela paterna que adivinaba para él un destino como artista.
En la charla Boone habló de la presencia de su padre que sin titubeos, hizo esfuerzos para enseñarle sus primeras letras; la aparición de amigos que contaban historias de libros fantásticos y aterradores como si fueran una vivencia propia y las visitas recurrentes a una biblioteca pública en la que conoció cualquier clase de literatura y sin frenos, dosificaciones ni controles leyó a autores como Neruda o Lovecraf que, sin comprenderlos del todo, le hicieron vivir las potentes descargas emocionales que ofrece la literatura.
Boone señaló que la escritura es un vacío, un vacío sensible y que los géneros establecen límites y formas para llenar ese vacío. De esta forma el escritor señaló que, desde el cómic, a la novela, de la canción, al teatro, todo ayuda a un autor a hacerse de lenguajes y recursos para configurar una obra. 
En este sentido, el escritor señaló que los lectores/espectadores no deben sentirse limitados o intimidados por conocer cualquier expresión artística (incluyendo las series de televisión) ya que, al final, sólo hay buenos o malos productos culturales 
Luis Jorge Boone destacó que esta idea no es nueva, y que su fundamento está en las grandes epopeyas de la antigüedad como “Gilgamesh” o “La Ilíada” y “La Odisea” en donde convergían en el canto y el relato, la reflexión filosófica y el poema, el arte dramático con los preceptos religiosos; algo que calificó como la auténtica raíz de la literatura y que es justamente esto lo que construye a un artista radical: su capacidad de ir a los fundamentos en donde todo converge y está vivo al mismo tiempo.
Al final, el público compartió sus dudas en inquietudes con el autor y esto llevó a crear otra charla entorno a los procesos creativos, la literatura contemporánea y temas relacionados a la industria editorial que dieron a Luis Jorge Boone la oportunidad de redondear un gran noche literaria en Mazatlán. 

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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