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A través de un monumental concierto en el Parque Ciudades Hermanas, los grupos The Doll Drummers of Rajasthan y Radaid hicieron que en el gran cierre de la programación de octubre del Festival Cultural Mazatlán 2018, cientos de familias vivieran un encuentro musical casi espiritual orquestado por las vibraciones y sonidos más poderosos y profundos del mundo.

Desparramadas sobre el pasto frente al escenario, las familias acompañadas por sus mascotas, jóvenes haciendo ejercicio, parejas y turistas que fluyeron desde las 20:00 horas en los estrambóticos sonidos que Chanan, Swaroop, Ghafoor, Pape, Sattar, Nihal y Latif Khan producen en sus tambores dhol, chepes, dholak, bhapang y morchang, instrumentos que han dado identidad a distintas generaciones de la tribu manganiar, ubicada al norte de la región de Indostán.

Detrás de los músicos, una gran pantalla proyectó la belleza de los áridos e inmensos desiertos de la India y refrendó la esencia de este espectáculo que llevó el título Desert pulse (El pulso del desierto), una especie de ceremonia musical, casi religiosa donde los músicos parecieran quedar suspendidos en vilo sobre sus instrumentos de percusión a dos y cuatro manos.

Durante  una hora, The Doll Drummers of Rajasthan entregó varios pasajes profundos e intensos, una muestra maestra del dominio de instrumentos que varias generaciones han ido puliendo y han traspasado para encantar a distintas culturas ajenas, como  sucedió en el puerto de Mazatlán en esta cómoda noche de otoño.

Pero el espectáculo no terminó ahí. Después de un intermedio de 15 minutos, el grupo jalisciense Radaid  continuó el recorrido por la música del mundo con un repertorio de canciones inspiradas en ciudades como Tokio, Japón; África, la República de los Balcanes y América Latina.

Si The Doll Drummers of Rajastan pareció alzarse en vilo con sus instrumentos, Radaid encerró al público en una “burbuja en el tiempo”, en la cual géneros como el rock, folk, trip hop, la electrónica y el progresivo se mezclan en un historial discográfico que inicia en “L’intent” (2009), continúa tres años más tarde con “The Willing” y llega a su madurez este año con el material “Alkemia” que cautivó esta noche al público.

Emmanuel Macías, Guillermo Ibarra, Yolihuani Curiel, Darko Palacios, Fernando Arias y la vocalista Sofía Orozco, fueron disfrutados por los espectadores recostados sobre el pasto y acurrucados unos a otros para disfrutar de canciones como Alkemia T, Pi, Standing Rock, Ninacopenda, Flor de Azar T, The One y Cuando salga la luna, interpretadas en español, inglés y hasta swahili, que hablan sobre una variedad temática que guarda consigo un grito de guerra en son de paz y amor para toda la humanidad.

La noche fue coronada con una lluvia de fuegos artificiales que hicieron que por unos momentos el cielo no se viera tan oscuro, se iluminara de colores y pintara sonrisas en los rostros de la gente para cerrar con broche de oro la programación de octubre del Festival Cultural Mazatlán 2018, bajo la dirección de Raúl Rico González.