Volver arriba

Romeyno Gutiérrez Luna, músico rarámuri, el primer pianista indígena de América Latina ofreció un concierto la tarde del pasado jueves en Casa Haas.

Es el primer pianista rarámuri y ha salido de su lugar de origen para llevar un poco de su cultura con la música, nació en Rotosachi, una comunidad ubicada en la sierra de Chihuahua, es el único discípulo de Romayne Wheeler, un concertista de piano, compositor e investigador estadounidense, quien lo apadrinó en su carrera musical.

 

Los aplausos son extensos, habla en su lengua materna y cambia al español para decir que el contará su historia con sus propias palabras y que además explicará por qué fue el piano el instrumento que decidió aprender a tocar.

 

Ante decenas de personas que llenaron la sala de conciertos, Romeyno expresa que Mozart es su predilecto y que actualmente trabaja en un proyecto para sacar las partituras de la cultura musical rarámuri con el propósito de que otros músicos nacionales o internacionales también las puedan interpretar.

 

Romeyno Gutiérrez agradece la asistencia y explica que su repertorio constará de danzas y temas clásicos de los grandes maestros.

 

Inicia con _La Danza del Venado, continúa con Canto Azul, un tema que antes de la pandemia interpretó en la Cuidad de México, después la Danza Matachín, interpreta a Bach con su Preludio en Do Mayor, nos cuenta que Para Elisa es una composición de Beethoven inspirada en una niña ciega y el público enternece, viene Chopin con un Nocturno y un Vals, su interpretación es apasionante, mantiene inmóviles a los espectadores, sigue con la Danza del toro.

 

En su primera presentación en Mazatlán, Romeyno Gutiérrez Luna relata que la música de los rarámuris no es lineal, no termina y que mientras la música suena el danzante no dejará de bailar y que hay registros en donde han permanecido danzando hasta tres días.

 

Explica que las danzas en su mayoría están dedicadas a animales y que a él le gusta mucho La Danza de la Ardilla porque tiene un sonido de cuando la ardilla está comiendo maíz y él se la imagina después de comer muy feliz en su nido, los pies de los asistentes bailan al compás de la canción.

 

Interpreta a Schubert con Impromptu y para concluir invita al público a cerrar los ojos y recordar lo más bello de su vida porque el tema que interpretará se lo dedicará a su maestro, es de Francisco Tárrega con su tema Recuerdos de Alhambra.

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

Lo destacado