Fue fundada en el 2011 por el Instituto Municipal de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán, con la finalidad de llevar a la danza a un altísimo nivel.
Está integrada por bailarines profesionales de 18 a 25 años de edad, provenientes de Guadalajara, Monterrey, Ciudad de México, Guanajuato, Tampico y Mazatlán.
La directora es la maestra Zoila Fernández, maestra, coreógrafa y ensayadora, egresada del Instituto de Arte de Cuba y directora de la Escuela Municipal de Ballet Clásico de Mazatlán. La compañía es asesorada por la Maitre invitada, doctora Ramona de Saá Bello.
La Compañía Danza Ballet de Mazatlán nace ante la necesidad de acoger a los bailarines del nivel intermedio que egresan de la Escuela Municipal de Ballet Clásico de Mazatlán, pues algunos han tenido que emigrar en busca de trabajo ante la falta de un proyecto donde desarrollarse profesionalmente.
Sus integrantes cuentan con estudios terminados de ballet ya han bailado profesionalmente y fueron seleccionados durante el verano del 2011, después de pasar las audiciones realizadas en el Salón de la Danza del Centro Cultural Universitario de la UNAM.
La Compañía funciona bajo el auspicio del Instituto de Cultura de Mazatlán y busca apoyo de los tres niveles de gobierno y de la iniciativa privada para garantizar su permanencia y consolidación y estar en condiciones de perfilarse entre las mejores instituciones de ballet clásico de México.
En su primera temporada la Compañía Danza Ballet de Mazatlán participó en el montaje de La Fille Mal Gardée, El Cascanueces y en las coronaciones de El Carnaval Internacional Mazatlán 2012.
La compañía debutó en el Teatro Ángela Peralta, el viernes 18 y sábado 19 de noviembre con el ballet cómico La Fille Mal Gardée, con 22 bailarines en escena, solistas invitados, espectacular escenografía de Raúl Font y vestuario de la Compañía Nacional de Danza del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Su lanzamiento oficial fue el martes 13 de diciembre de 2011 con la puesta en escena de El Cascanueces, el ballet más esperado de la época decembrina, que repetió función al día siguiente con el acompañamiento musical de la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes, bajo la acertada batuta del maestro Enrique Patrón de Rueda.