El Teatro Ángela Peralta fue el escenario donde se proyectó la cinta del director Sebastián del Amo, protagonizada por Roberto Sosa. Ambas personalidades estuvieron presentes.Ante una alta audiencia, el film corrió puntual en la megapantalla del teatro. La gente expectante disfrutó de principio a fin la proyección.
El guión es la historia de la vida del español Juan Orol, uno de los directores de cine más destacados de la Época del Cine de Oro Mexicano.
Es la historia de un hombre de origen gallego, que después de varias peripecias, llegó a México para volverse de manera involuntaria el creador de varios géneros cinematográficos: gansters, rumberas y hippies, obteniendo un enorme éxito de taquilla pero con críticas terribles.
Con una gran producción de guiones cinematográficos, a pesar del éxito en pantalla, Juan Orol nunca conoció la bonanza económica, sus finanzas fueron un desastre y tuvo que recurrir a préstamos bancarios para producir sus películas.
Este largometraje de ficción nace de las observaciones del guionista y director Sebastián del Amo, por la vida y obra de Juan Orol, quien siempre estuvo en el debate de si era un “fabricantes de churros”, o si sus películas eran tan malas que resultaban buenísimas.
Algunos críticos lo catalogaron como el primer “surrealista involuntario”, término que fue utilizado posteriormente por muchos realizadores para justificar la dudosa calidad de sus propias películas. Es por esto que Juan Orol es un ícono de la cinematografía mexicana y director de culto.
Al ser esta una película de época que abarca un largo periodo, en algunas escenas se utilizaron las mismas técnicas de Orol: la falta de continuidad, la utilización de foros imposibles, imágenes de stock, etc.
La primera etapa de la película está realizada en blanco y negro; la segunda sucede en color, haciendo una parodia a los tonos chillones y a las combinaciones imposibles tan características del momento.
En la vida de Juan Orol la música juega un papel preponderante. El era el coreógrafo de los bailes de rumberas. La banda sonora de esta película tiene los temas que sin duda, marcaron la estética oroliana.