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La intérprete de Tlaxiaco, Oaxaca, protagonizó el pasado viernes  una de las más exitosas noches del Festival Cultural Mazatlán 2012. 
La artista invitada por el Instituto Municipal de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán, colmó la capacidad del majestuoso Teatro Ángela Peralta que recibió a la audiencia con boletos agotados.
 
En punto de las ocho de la noche Lila Downs se presentó ante el público con su peculiar estilo de vestir. Falsa y blusa entallados al cuerpo, en color negro estampado con grandes   flores rosas. 
 
Al frente, la falda dejaba ver sus piernas cubiertas de atrás, desde la cintura hasta los pies.  Un par de botas en color marfil, trenzas en el pelo y constantes cambios de chales de colores y diferentes texturas, advirtieron el gran cariño de la artista hacia sus raíces culturales y étnicas.
 
Acompañada por su banda La Misteriosa, y una pantalla que proyectó imágenes y videos alusivos a sus canciones,  Lila Downs deleitó con un variado repertorio y fue evidente la conexión con el público durante todo el espectáculo. 
 
Canciones conocidas en la voz de grandes figuras de la música tradicional mexicana, aunadas a la originalidad de sus composiciones, armaron una gran fiesta.
 
 
Dueña de una gran voz que manipula a su antojo, Lila Downs cantó durante poco más de 90 minutos.  Lo hizo sin intermedios, solo paró entre canción y canción para dirigirse al respetable.
 
El público conocía bien el repertorio de la artista pues desde la platea y los balcones  pedía varios temas.
 
En su concierto, la artista que desde niña tuvo la oportunidad de ir y venir a Estados Unidos y México, destacó que a pesar del odio y las diferencias políticas en el mundo, la música hace milagros.
 
A su paso por Mazatlán Lila Downs recordó grandes piezas del cancionero tradicional mexicano e hizo crítica social a través de temas como “La Cucaracha”.
 

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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