El espectáculo casi llegaba a su fin, de pronto, desde los balcones del Teatro Ángela Peralta, una mujer conmovida por los recuerdos, sintió que no podía respirar, desesperada, salió de la sala con apoyo de un acompañante y en un salón contiguo recibió atención médica y pasados unos segundos, rompió en llanto.
Era Beatriz Rosalba Ramírez, quien viajó desde el municipio de Angostura para acompañar a su hijo, un niño sobresaliente, que en premio a su esfuerzo escolar, vino a Mazatlán para participar en la Semana Recreativa y Cultural convocada por el sistema DIF de Sinaloa.
Ya superados los recuerdos y la emoción, Beatriz limpió las lágrimas.
–Me emocioné con la música al recordar mi niñez, escuchaba la canción “El ropero” y mi abuelita me enseñaba las cosas que guardaba en él; las cosas maravillosas, así como dice la canción. Mi abuelita ya murió, pero ahorita se me vino a la mente, expresó Beatriz, mientras el doctor le tomaba el pulso y ella bebía agua e intentaba secar sus ojos con una toalla de papel.
Como Beatriz reaccionaron varias personas, sobre todo adultos, mientras los niños se divertían con la música y la recreación escénica de las canciones de Cri Cri, interpretadas por los coros del Instituto de Cultura y la Camerata Mazatlán.
Bajo la batuta del maestro Percival Álvarez, músicos de la Camerata Mazatlán sacaron del baúl de los recuerdos las partituras de Cri Cri para remontar el tiempo y echar a volar la imaginación con canciones que han unido a las familias desde la época de oro de la radio mexicana.
La producción escénica, tuvo el buen tino de recrear los cuentos musicales con la actuación de bailarines y cantantes en el escenario.
“El Ropero”, “Di por qué”, “Che araña”, “La patita”, “El chorrito”, “La Negrita cucurumbé”, “Cochinitos dormilones”, “El ratón vaquero” y otras clásicas canciones de la inspiración del entrañable cantautor mexicano Francisco Gabilondo Soler, hilvanaron el homenaje a Cri Cri.