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La propuesta de la compañía de Teatro Iguana Roja (perteneciente al Instituto de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán)  pone su mirada incisiva en un escritor que vive  en un gobierno dictatorial y es acusado de matar a  varios niños  sólo porque  su muerte tiene similitud con las historias de sus cuentos.El espectáculo producido con una buena factura artística por el Instituto de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán fue dirigido por Ramón Gómez Polo.
La  escenografía  reúne  certeros elementos,  la iluminación de Antonio Serratos  aborda con sutileza climas hostiles y el vestuario denota con sus modelos, texturas y colores  el interior de cada personaje.
“The Pillowman”  aborda con crudeza y  humor  un tema escabroso como el asesinato de niños y  la forma en que las autoridades ejercen el poder.
En el primer acto el público cree estar ante hechos de la vida real expresados a través de  una policía investigadora  que veja, tortura y golpea para tratar de atrapar  al culpable.   ¿Acaso Katurian  mató a los tres niños desaparecidos, solo porque sus  historias se parecen a lo que escribe en sus cuentos?
“El Hombre almohada” es  un espectáculo que invita a reflexionar, con todos su bemoles,  en los torcidos y a veces ocultos alcances de la mente humana. Una obra donde todos sus protagonistas  llevan  implícita una alta dosis de culpabilidad.
Katurian escribía cuentos estimulado por extraños ruidos y gemidos de dolor que escuchaba en su casa desde niño hasta los siete años, cuando descubrió que eran reales y provenían de su hermano mayor que había sido torturado durante todo ese tiempo por sus propios padres, solo para que su hijo pudiera inspirarse y escribir mejores cuentos.   Eso es solo la punta de la madeja.
El  escritor  fue interpretado por Esteban Baltazar, artista que irrumpe en la actuación  con la enorme responsabilidad de representar a un personaje complicado.
El novel actor tuvo una buena noche en Teatro Ángela Peralta porque demostró  capacidad para despertar el interés del público, generar nervios, provocar  miedo y hacer reír al auditorio.
Los cuentos del escritor como el de Pillowman “hombre decente y considerado” que conminaba a los niños al suicidio para evitar que tuvieran vidas horribles, combinan la realidad con el humor negro.

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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