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La ópera  con la dirección escénica de Raúl Rico González y Ramón Gómez Polo, hecha con valores artísticos sinaloenses y solo dos cantantes importados, complació a la  amplia audiencia reunida el  pasado viernes por la noche en el Teatro Ángela Peralta. 
Apenas corrió el telón, el Director General del Instituto de Cultura de Mazatlán expresó que  la función sería dedicada a honrar la memoria Arnaldo Rigodanza Gaianigo, misionero xaveriano que murió en esta ciudad hace casi cinco años.
 
Raúl Rico recordó que horas antes de morir el Padre Arnaldo asistió al teatro y pudo disfrutar la puesta en escena de la ópera “El Barbero de Sevilla” de Rossini.
 
Luego el Director de Cultura anunció la presencia de Rafael Domínguez Kelly, quien a nombre del Movimiento de Encuentros Matrimoniales de Occidente –fundado por el homenajeado-  reconoció la labor del Padre Arnaldo,  como maestro, sacerdote, consejero y amigo.
 
“Estamos seguros que la mejor manera de empezar este homenaje es con una noche de ópera”.
 
Noche de ópera
 
Solistas y orquesta guiados por la acertada batuta del maestro Enrique Patrón de Rueda,  lograron  una ejecución  sonora bellísima,  intensa e impresionante de Pagliacci,  que como en la vida real,   devela el drama  del triángulo amoroso donde la traición duele hasta perder la cordura y matar por celos.
 
 
En los roles principales: el Tenor  Carlos Galván (Canio); la soprano Jéssika Arévalo (Nedda esposa de Canio  y Colombina ); el  Barítono Enrique Ángeles (Tonio); el Barítono Armando Piña (Silvio) y el Tenor Andrés Carrillo (Beppe, el arlequín),  dieron gran altura al espectáculo al mostrar el alma de cada uno de los personajes de la historia de amores ocultos y pasiones desbordadas.
 
Pagliacci cobró vida no solo a través de los personajes, coros  y la música; el diseño de vestuario de Tere Téllez realizado por el equipo de Elisa Espinoza y las coreografías y acrobacias circenses dirigidas por V&iacu

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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