El recorrido inició a las ocho de la noche junto a la Plazuela Machado y estuvo encabezado por la Parca de Cultura y el ánima de Jenni Rivera, quien revivió en manos del creativo artista del reciclado Luis Antonio Ríos. Ambos personajes vistieron coloridos y brillantes atuendos que medían casi tres metros de alto y por lo mismo impactaron a las miles de almas que alegres participaron en la callejoneada.
Zanqueros, calaveras, fantasmas, catrinas y ánimas con trajes típicos acompañaron a la multitud que se reunió este viernes en el Viejo Mazatlán, para no dejar pasar una noche que se ha vuelto tradicional en la víspera del Día de Muertos.
Familias enteras, jóvenes y adultos mayores presenciaron el paso de la callejoneada que inició en la calle Constitución, avanzó hacia la Venus, Sixto Osuna, Venustiano Carranza, Romanita de la Peña, Heriberto Frías y Libertad.
Una patrulla de Tránsito y el cohetero anunciaban el paso del desfile que semejaba un Carnaval de Día de Muertos.
La catrina y el catrín aportaron su elegancia a la procesión; ambos personajes visitaban los altares ubicados a lo largo del recorrido.
La primera parada fue en la Librería El Caracol que dedicó su altar al escritor sinaloense César López Cuadras.
Durante el recorrido el público pudo apreciar llamativas y tradicionales ofrendas para difuntos en Hotel Melville, Recreo, Museo de Antropología, Museo de Arte y Colegio Sinaloense.
Cuatro carretas jaladas por burros surtían de cerveza a los participantes, quienes se agolpaban alrededor para disfrutar la gélida ambarina.
La banda La Mazatleca y La Innovadora pusieron el toque alegre y durante el recorrido la gente no dejó de bailar con sus alegres notas musicales.
No podía faltar el sonido de los percusionistas del grupo “Fuego Llama” que con sus sonidos africanos imprimieron ritmo y fuego a la fiesta.
Niños y adultos disfrutaron la festiva callejoneada que atestó de mazatlecos y turistas las calles