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El Teatro Ángela Peralta recibió a un público nutrido por prácticamente todos los estratos sociales del puerto. El ambiente fue inmejorable: de la elegancia, a la bulla; de la sensualidad, a la risa y a la sorpresa, en una noche para la historia.Siu Ying Audelo, Daniela García, Ingrid Carreón, Pamela de la Vega, Harriet Vázquez, Marcela Valdez, Mizarahi Schobert, Lorena Lizárraga y Fernanda Tirado, vivieron el momento a flor de piel;  los familiares y simpatizantes no pararon de apoyarlas y motivarlas en la recta final de una carrera que les exigió al máximo.
El primer elemento que destacó en la velada, fue el espectáculo artístico, bajo la dirección del maestro Horacio Lecona. En cuatro momentos distintos de la noche, Venecia, Nueva Orleans, Cuba y Brasil se hicieron presentes con espectáculos que trajeron fantasía, innovación, calidez y sensualidad a través de la danza, la acrobacia, las proyecciones visuales, la música, la energía, simpatía y el sex-appel de los bailarines de la Compañía de Ballet Clásico, los alumnos de la Escuela Profesional de Danza de Mazatlán y 18 bailarines traídos desde la Ciudad de México.
Hubieron tres etapas de evaluación: pasarela de trajes de coctail, preguntas y pasarela de traje de noche, en los que el juramento calificó su belleza, dominio escénico, dominio de público, intelecto, seguridad, entre otros.
Todo parecía fluir en armonía, las preguntas fueron respondidas con sencillez, emotividad y carisma, destacando la respuesta de Lorena Lizárraga por la naturalidad, humildad y profundidad que le ganó los aplausos del público y le hizo destacar en medio de una competencia que, hasta ese momento, tenía como favoritas a Marcela Valdez y Mizarahi Schobert.
Los diseñadores que ataviaron a las candidatas fueron Sandra Vite y Jacobo Borge, con la joyería de Gustavo Helguera y las organizadoras de la pasarela Fabiola Berrel y Sofía Maciel.
Se acercaba el momento cumbre, los jurados habían emitido dos de los tres votos y se presentaron los errores. Los conductores Karla Álvarez Centeno y Luis Ángel Gómez, pronunciaron, en orden inverso, los puntos que el jurado mostró y, en vez de anunciarlos de izquierda a derecha (desde la perspectiva del escenario) lo hicieron de derecha a izquierda.
Esto hizo que ese conteo no coincidiera con las papeletas que habían llenado los miembros del jurado que tuvieron como presidente, al doctor Jorge Fuentevilla, lo que obligó al notario público José Manuel Magallón Osuna a intervenir en dos ocasiones para señalar que había una  lectura errónea de votos y que por lo tanto, de acuerdo con el reglamento,  se respetaría el voto plasmado en las actas firmadas por el jurado.
El Teatro Á

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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