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Las palabras de Claudia Lavista, directora de la Compañía Delfos Danza Contemporánea, se quedan en el aire de las siete de la tarde, cuando el sol caía sobre los techos y árboles de la Colonia Valles del Ejido y se afinaban los últimos detalles de las coreografías que habrían de presentarse esa noche como cierre del proyecto “Habitat, Danza y Conciencia”, una iniciativa que busca sembrar los valores del arte en diversas colonias populares de Mazatlán.Las madres, quienes también bailarían durante la presentación, pintaban bigotes de león y narices de oso en los rostros de sus hijos. Niños y niñas, entusiasmados, corrían de un lado a otro, se tomaban de las manos y seguían las indicaciones de los maestros preparándose para brillar sobre el escenario, para sorprender a sus amigos y familiares, para destacar ante su barrio con pasos de baile, cantos y actuaciones.
El escenario, ubicado frente al Centro Comunitario de Valles del Ejido, no tuvo un telón que guardara sus secretos, ni balcones de hierro, butacas o duela; postes de luz, pavimento y terracería, espectadores mirando desde una tortillería, desde las banquetas, desde sillas de plástico, todos bajo las claras estrellas de la primavera.
Desde hace seis años, a través de “Hábitat”, el  Ayuntamiento de Mazatlán, la Secretaría de Desarrollo Urbano, Territorial y Agrario, el Instituto de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán, la Escuela Profesional de Danza Mazatlán y Delfos Danza Contemporánea, se han dedicado a abrir nuevos territorios, nuevas formas de concebir la vida y estar en el mundo, y todo empieza con un movimiento, un color, una palabra.
“Desde el arte, desde el contacto con el arte, con la humanidad que hay en el arte, es posible conectarse con valores, sobre todo en esta época de violencia en Sinaloa, con la falta de valores que hay en el País en general, nos hemos dado cuenta que los niños encuentran un lugar para imaginar, un lugar para reírse, un lugar para olvidarse de problemas que quizá tengan en casa, un lugar para hacer comunidad, que es lo más importante, cuando se genera este espíritu de comunidad y de integración, de manera automática, las cosas empiezan a mejorar en la familia, en la colonia, en el espacio que comparten entre ellos”, señala Lavista, quien junto a Víctor Manuel Ruiz, realiza la dirección artística de “Hábitat”.
En un sketch teatral y dos coreografías de los alumnos de la Escuela Profesional de Danza de Mazatlán, en cuatro números de danza y canto realizados por los niños y sus madres, en una obra de teatro, en disfraces de dinosaurio, león, oso, mariposa, asnos, pollos e hipopótamos, en dibujos pegados justo al frente del escenario, quedaron plasmados los meses de esfuerzo y convivencia de 60 alumnos, de sus tutores, Isabel Monge y Wacho Gómez, Ilse Meza y Lourdes Melo, Ro

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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