El cuerpo de artistas porteños que encabezaron esta entretenida y apasionante historia estuvo conformado por las voces y actuaciones de Flor Estrada, en el papel de “Madame Flora”; Rebeca de Rueda como “Mónica”; Karla Centeno y José Miguel Valenzuela como “La señora Gobineau” y “El señor Gobineau”, Alba Cecilia Rivera como “La señora Nolan” y Bele Lizárraga como “Toby”. La música corrió por parte Sergio Freeman en el piano, y la dirección escénica fue coordinada por Javier Díaz Dalannais.Presentada dentro de la Temporada Primavera convocada por el Instituto de Cultura de Mazatlán, la trama gira en torno a una familia conformada por “Madame Flora”, una estafadora; su hija “Mónica” y “Toby”, un adolescente gitano mudo que fue adoptado. Los tres forman parte de un mundo violento y fantasioso, en el que la desalmada “Flora” vive de engañar a personas ofreciendo sesiones de espiritismo en las que entra en contacto con familiares fallecidos.
En una de las sesiones, a la que asisten el matrimonio “Gobineau” y la “Señora “Nolan”, las cosas se salen de control. “Madame Flora” siente que una mano gélida toca su cuello y escucha una voz espectral, cosas que no tienen nada que ver con la farsa que ella, “Toby” y “Mónica” habían montado para esa noche. Al retirarse sus clientes, el temor de “Baba” crece, su desconcierto es total y en un arranque de ira agrede a “Toby”.
Al paso de algunos días, mientras “Toby” y “Mónica” actúan y bailan, la joven se da cuenta de que el tierno gitano ansía comunicarle algo. Ella lo toma de las manos, y en un acto de auténtica magia, da voz, en su canto, al amor y devoción que el joven siente hacia ella. Pero de nueva cuenta la paz de estos personajes se desbarata con la llega de “Flora” que, totalmente alcoholizada, exige a “Toby” que confiese que fue él quien creó la sensaciones que la perturbaron en la última sesión.
La feroz violencia de la estofadora es descargada a golpes contra “Toby”, “Mónica” interviene, y en ese momento sus clientes llegan para solicitar una nueva sesión espiritista. Completamente fuera de sí, “Flora” les revela los trucos de la estafa: risas y voces fingidas de “Mónica”, micrófonos y trucos en objetos creados por “Toby”, les regresa su dinero, los corre de su hogar y, junto a ellos, expulsa al gitano definitivamente.
Por la noche, los tormentos de “Flora” son más intensos. Rememora el dolor, la enfermedad, la guerra, las atrocidades que ha visto a lo largo de su existencia; bebe para aplacar a los fantasmas, ruega a Dios por paz y perdón y cae embotada en un profundo sueño etílico. Esa misma noche, “Toby” regresa