Realizada en dos funciones, la presentación se creó para apoyar el viaje de intercambio que Aranza Flores Mojica, María José Gómez Careaga y Alejandro Santos Hernández realizarán con la Universidad de Austin, Texas, y el Duncan Center en Praga, República Checa, a través de los convenios de movilidad estudiantil que el Instituto Municipal de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán tiene con universidades de otros países.Dividido en siete piezas, “Ni una palabra de amor” expuso el trabajo holístico que estos jóvenes artistas realizan al ocuparse no sólo de la danza, sino de la iluminación, sonido, textos, coreografía, butaquería, impresión de boletos, programas y logística, aspectos que tendrán que abordar al egresar de la carrera.
“Apariencias” del coreógrafo Agustín Martínez, contó con el baile de Julio Rendón y Sayd Franco, se trató de un sensual e inquietante juego de espejos, ilusión que se logró gracias al vestuario, los bailarines se confundían y desdoblaban en un baile lleno de energía y fluidez.
En “La multitud del ala contra el viento” de Guadalupe Anaya, Siria Yvette Aguirre, Stephania Gómez, Paola Reyes y Luisa Camacho protagonizaron una de las propuestas más refrescantes al crear una puesta en escena con el uso de lámparas. Resguardadas en la oscuridad, las siluetas aparecían acompañadas por un murmullo semejante a un abejorro, una obra de vértigo e intensidad.
“La carta de Iván” fue un golpe de sexualidad que se instaló en las miradas de los espectadores con la provocadora coreografía de Luisa Escobosa y la excitante interpretación de Mariana Rodríguez, sería la primera de tres piezas consagradas a un tema clave para los jóvenes bailarines: el erotismo.
Jorge Luis Rebollo y Oswaldo Gómez crearon en “Reflejos” un concepto concreto y efectivo: la sombra, el otro y el desdoblamiento quedaron plasmados en una coreografía que multiplicó sus figuras con tan sólo el uso de una luz: presencia, dinamismo, fuerza y un auténtico dominio escénico hizo que esta pieza fuera una de las más aplaudidas.
“Negro Carmín” expuso el deseo sexual femenino de forma enérgica y divertida. Con un atuendo provocador y un texto altamente sugestivo Citlallic Ávila, María José Gómez y Melisa Padilla demostraron la eficacia inigualable del lenguaje del cuerpo para hablar de los apetitos de la carne.
Por su parte “Salón 22” fue una especie de respuesta a la pieza anterior, esta vez enfocada desde las tensiones homoeróticas: pasión y lucha,