Con el objetivo de proyectarse día a día como grandes cantantes del bel canto, estos jóvenes artistas confeccionaron un exquisito programa en el que estuvieron acompañados en el piano por el maestro David Pérez, miembro de la Camerata Mazatlán.Desde la primera interpretación “Calla el labio” y “Meine Lippen” de Franz Lehar, Jéssika Arévalo dejó en claro porqué se ha convertido en una promesa de la ópera nacional, destacando en certámenes tan importantes como el Concurso Internacional de Canto Sinaloa por su potencia, brillantes de voz, técnica y gracia interpretativa.
Por su parte, Jorge Echeagaray demostró un estilo alegre, jocoso, capaz de conectar con el público más allá del canto en “Largo al factótum”, de Gioacchino Rossini, en donde desplegó la fuerza de su voz para esta animada melodía que le ganó el aplauso del público.
“Quando me´nv o´” de Giacomo Puccini, “Questa o quella”, “Libiamo Ne´lieti Calici” y “ E strano…sempre libera” de Giuseppe Verdi, los cantantes alternaron sus voces para dar vida a una gama de emociones como la alegría, la nostalgia y la tristeza.
Después del intermedio, los temas pasaron del italiano al español, “Carceleras”, de Ruperto Chapí, “No puede ser” de Pablo Sorozábal, “Caballero de alto plumero” de Federico Moreno Torroba, “Granada” de Agustín Lara y “Besos robados” de Jorge del Moral crearon una atmósfera de intimidad con interpretaciones en solitario y a dúo.
La última parte del recital llegó con un popurrí de boleros: “Solamente una vez”, de Agustín Lara, “Sabor a mí” de Álvaro Carrillo, “Besos robados” de Consuelo Velázquez, “Piel canela” de Bobby Capó, “Te quiero dijiste” y “Júrame” de María Grever transformaron la Casa Haas en un templo del romance con las voces Jéssika Arévalo, Jorge Echeagaray y la música del maestro David Pérez, quienes supieron brindarle una noche memorable al público asistente.