El joven que inició sus estudios artísticos a los diez años en Mazatlán, en el Centro Municipal de Artes, es hoy un maestro que día a día despliega un amplio dominio de sus facultades y recursos, y esto se hizo presente a través de tres piezas.En la primera “Preludio y Fuga Nº 5 en DM, Vol. 1, BWV” de Johann Sebastian Bach, la exquisitez y elegancia de esta breve pieza fluyó a través de las manos del joven concertista.
Posteriormente, la “Sonata en CM, Hob. XVI:50” de Franz Joseph Haydn representó todo un reto y un ejercicio de velocidad, precisión y alta emotividad que se desplegó en los tres momentos de esta obra, “Allegro”, “Adagio” y “Allegro molto”, cada uno impuso una atmósfera única que atrapó al público, y, por su duración, provocó que más de un asistentes rompiera la ejecución con su aplauso, demostrando el entusiasmo que la interpretación de Rivera produjo en ellos.
Para finalizar este breve recital, el maestro José Miguel Rivera interpretó la “Sonata No.1 en CM, K. 279” de Wolfgang Amadeus Mozart, que en sus tres tiempos, (“Allegro”, “Andante” y “Allegro”) se desplegó con vivacidad y energía, demostrando el alto grado de dominio que el concertista posee sobre su instrumento.
Tras su interpretación, el público aplaudió de pie y agradeció al maestro José Miguel Rivera por una deliciosa tarde de lunes. Los más entusiastas, esperaron al pianista a la salida de la Casa Haas, para agradecerle por su talento y solicitarle un autógrafo en su programa de mano.