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El inicio de la ceremonia celebrada en el Estadio Teodoro Mariscal contó la historia de “Momo”, deidad de la poesía y el arte, espíritu burlón que debido a sus tretas hacia los dioses del Olimpo es expulsado, sufre el infierno de la locura y encuentra en la fantasía una posibilidad de redimirse y dar felicidad a los seres humanos. 
Partiendo de aquí, un elenco multidisciplinario de bailarines bajo la dirección de la maestra Montserrat Millán, con la participación de Ballet Vilanova, Centro de Arte Danzario Vilanova, el Ballet Folklórico Infantil de Cultura, Dale Funk Dance Lifestyle y Centro de Iniciación Artística 003,  creó una elocuente alegoría de cómo los sueños son capaces de romper la apatía y llevar al hombre a alturas insospechadas.
 
Las danzas del medio oriente, lugar geográfico del ave inmortal que renace de sus propias cenizas creó un ambiente exótico y sensual durante la presentación de las Embajadoras del Mundo que llegaron al Carnaval Internacional de Mazatlán para convertir a la gran fiesta del puerto en una celebración universal.
 
Posteriormente el primero de tres emotivos homenajes hizo que la memoria colectiva del puerto se sacudiera. Libia Zulema Farriols, Reina de los Juegos Florales del Carnaval de Mazatlán de 1990 y una de las soberanas más entrañables de la fiesta más que centenaria,  pasó a recibir un fuerte aplauso  del pueblo.
 
Un grupo de seres fantásticos, vínculo entre los seres humanos y los dioses, ejecutó una serie de bailes cargados de plasticidad que sigilosamente evocaron el universo complejo, alucinante y entrañable de uno de los artistas que ha sabido dejar un fértil legado en el Carnaval: el maestro Jorge González Nery, quien desde hace 25 años ha contribuido en la creación de los carros alegóricos y ha dejado su huella en los llamados “Monigotes”, los gigantes de papel que anuncian año con año la llegada de la fiesta de Momo al puerto.
 
Tras la entrega del Premio Carnaval al Mérito Artístico al maestro González Nery, llegó un momento de apoteosis con una coreografía que en este 14 de febrero exaltó al amor con la intensidad del fuego y que antecedió la llegada de otra reina homenajeada, María Elena Rodríguez.
 
La “Mujer de mar y arena” como rezaba el título de su campaña publicitaria en el año 1965, subió a bordo de una carroza romana a ver cómo los patasaladas volvían a cobijarla en su corazón y a recor

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