Volver arriba

Con elegantes atuendos negros, Nina Farvarshchuk, Lautaro D’Martin y Víctor Osuna en los violines; Ulises Talavera, en la viola; Vilma Domínguez, en el oboe y José Miguel Rivera, en el piano, complementaron la velada con el virtuoso manejo de sus instrumentos.La primera parte del concierto, consistió en melancólicas y bellas interpretaciones de Johann Sebastian Bach, como Agnus Dei y Suscepit Israel, piezas exquisitas por su gran dificultad de interpretación.
Con la mirada perdida en un imaginario horizonte y unas expresiones cargadas de emoción, Mariela Ángulo logró transmitir a los oyentes la pasión  de los autores, detalle que logró mantener expectante y atento al público durante todo el concierto.
Además, cantó  Qui sedes ad Dexteram de la Misa en Si menor, de Johann Sebastian Bach, con las sopranos Cecilia Rivera y Eimy Sánchez. El trio brindó una amena combinación que encantó a los asistentes, gracias al ameno contraste lírico que sus voces formaron. 
Después de un breve intermedio, unas luces rojas y el aplauso de los espectadores recibieron de nuevo a Mariela Ángulo y al ensamble musical. Juntos formaron un ambiente más romántico que contrastó con la primera parte del evento.
Las luces, como el sonido de los instrumentos, cambiaban sus matices al ritmo de la cantante y de los violines, que tomaron más fuerza al interpretar piezas como Ombra mai fu de George Frederich Händel o Eja Mater de Giovanni Battista Pergolesi.
Al final, el público agradeció con una horda de aplausos la intensidad de Mariela Angulo y del resto de los músicos, y a su vez, los artistas correspondieron con una pieza más, para recibir un bonito arreglo floral de parte del Instituto de Cultura de Mazatlán.
 
 
 
 

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

Lo destacado