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Al inicio, el maestro agradeció al Instituto de Cultura de Mazatlán por haberlo invitado a impartir el taller, se mostró alegre por la belleza del puerto y por haber compartido sus experiencias con los músicos locales. 
El ensamble estuvo conformado por Carlos Betanzos, Guillermo Morales Jesús Ivannov, Harris García, Samuel Chiquete, Max Carreón, Hernán Vallejo, Gerson Leos, Alan Amezcua, Omar Ríos, Daniel Bustamante y el tallerista Gerardo García, la mayoría de los músicos son maestros y alumnos de la Escuela de Música del Instituto de Cultura de Mazatlán.
 
El concierto estuvo compuesto por tres interpretaciones largas: Special del puertorriqueño Tito Puente, e Invitation y I Hear a Rhapsody del cubano Raúl Cabrera, piezas caracterizadas por su gran complejidad.
 
“Oaxaco”, quien puede considerarse como un carnaval andante por su vibrante alegría, regaló una actuación en los timbales llena de vida y color, y lució tanto su profesionalismo como un gran júbilo al mover su cuerpo al ritmo que marquen las percusiones, sin descuidar un sólo momento su interpretación.
 
En su corta estadía en Mazatlán, Gerardo Gracía demostró por qué ha tenido la dicha de grabar diferentes álbumes, ser catedrático de una importante universidad nacional y haber compartido escenario con grandes personalidades como Armando Manzanero.
 
Al término del programa, el maestro confesó que el concierto fue de preparación espontanea, que nació a partir de las intensas ocho horas del Taller de Percusiones Latinas impartido los días lunes y martes, y comentó que estaría encantado de volver a trabajar con los jóvenes porteños.
 
“¡Cómo qué ya!”, gritó alguien en el público, y entre aplausos y gritos de bravo, pidieron “otra”. Los músicos, indecisos, repitieron como encore la interpretación de una de las piezas del programa y “Oaxaco” fue despedido con amor de parte de la comunidad musical de Mazatlán.
 
 

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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