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En dos funciones, el Teatro Ángela Peralta dio la bienvenida al público porteño a un denso viaje por los últimos años del Siglo 18. La Revolución Francesa está por estallar, y en ese contexto, la Marquesa de Merteuil (Klitbo) y el Vizconde de Valmont (Carpinteiro) dos antiguos amantes, revelan el alma oscura, astuta e implacable de la aristocracia que vive ahoga entre los excesos del poder.Midiendo fuerzas, los libertinos deciden realizar una última apuesta: ver si “Valmont” es capaz de seducir y doblegar la fuerza de la virtud de Madame de Tourvel (Klitbo)” con tal de exaltar la fama de este implacable seductor.
Lejos de centrarse en la cacería, el acoso y la sorprendente caída de “Valmont” ante el poder del amor, una fuerza que para él era poco menos que nada, “Caricias Perversas”, que cuenta con la dirección de Marta Luna, apostó por crear una caja china creada a través de las intervenciones de un narrador (Harding Junior).
En su voz desfilan el drama de los personas, condenados a repetir eternamente su lucha de erotismo, poder y crueldad; la convulsa y violenta atmósfera social y política de Francia; la reflexión sobre la vulnerable y trágica trama de la vida; el teatro como gran escenario de la vida en el que todos, sin excepción, fingimos para lograr sobrevivir.
La imponente y sensual presencia de Cynthia Klitbo, junto al enérgico, y a la vez, vulnerable Víctor Carpinteiro, forjaron un vínculo en base al erotismo, astucia, inteligencia, vanidad, falsedad y violencia de sus personajes.
Al apagarse las luces, la tensión de “Caricias Perversas” seguía en el aire, y ésta se disolvió con el cálido y entusiasta aplauso que el público porteño entregó a los actores al final de la representación.
 
 
 

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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