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En el lobby, Tritón, el Dios de las profundidades marinas, dio la bienvenida al público y cuando la oscuridad se apoderó del teatro,  los gritos y aplausos de las ruidosas porras que animaban a sus candidatos, trajeron de vuelta el ambiente de bullicio, alegría y sorpresas que año con año asalta  al puerto durante las fiestas carnestolendas. 
Un mundo de fantasía aderezado con música en vivo, danzas, rayos laser, fuego artificial, multimedia, efectos especiales, y monumentos mazatlecos –los atlantes porteños-, doncellas, dioses,  emblemas, pirámides,  entre otros símbolos de antiguas civilizaciones, deslumbraron al público y fraguaron la magnitud de la gran celebración que se dejará venir sobre la ciudad durante los primeros días de febrero.
 
El agua y las células  como principio  de la vida  fluyeron a través de imágenes y efectos especiales para revelar el origen  de Mazatlántida,  la  alegoría que emergió de las olas.
 
Tribus danzaron sobre el escenario para celebrar la maravilla de la creación, en una intermitente exhibición de talento artístico con la actuación de 32 bailarines de la Academia de Danza Vilanova. 
 
Bajo la dirección y producción general de Raúl Rico González, la dirección artística de la maestra Monserrat Millán, musicalización de Carlos Lizárraga  y videos del departamento de Multimedia de Cultura,  la producción  mostró  el  cosmos,  el átomo, las cadenas de ADN, el caos, el cataclismo y la fusión de genes antiguos y  actuales,  que trasmutan  en nuevas células para dar origen al surgimiento  de una nueva sociedad: Mazatlántida.
 
Y en este marco de dioses y doncellas, dominado por el agua como elemento vital de la vida fueron presentados los aspirantes a las coronas del Carnaval.
 
Ante el  azoro del público  un  video mostraba el inicio del cosmos, el origen de la vida, el nacimiento de la humanidad, las primeras grandes civilizaciones y un cataclismo que, sin embargo, no logra eliminar el esplendor de una civilización fantástica que se sumerge en el mar para iniciar un profundo sueño.
 
Aquí nace Mazatlántida, una tierra de esplendor que guarda infinitos misterios que habrán de revelarse del 4 a 9 de febrero de 20

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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