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“Desde siempre, en mi familia se ha fomentado la tradición del Carnaval viendo a las reinas, los carros alegóricos y las comparsas… ¡es magia! Desde pequeña era un sueño para mí ver a las reinas y pensar en  ser una de ellas es algo increíble”. 
Monserrat, tuvo la inquietud de formar parte de la historia del Carnaval de Mazatlán desde niña: la visita de una reina del Carnaval a su escuela y un carro alegórico del maestro Rigoberto Lewis quedaron sembrados en su memoria, hasta ahora.
 
“Esto es algo que siempre he guardado para mí, nunca lo he compartido y ahora que entré a concursar es cuando estoy compartiendo toda mi ilusión”, expresa esta beldad de 22 años que actualmente estudia la Licenciatura en Derecho.
 
Junto a su calidez y transparencia, Monserrat confía en que su sentido de la responsabilidad, el respeto hacia la tradición carnavalera y su disciplina serán las claves para conquistar el trono de Mazatlántida, la alegoría que surgió de las olas.
 
Además, sus experiencias como servidora pública  le han permitido tener una idea clara del tipo de reina que aspiraría a ser: fiel a sí misma, una mujer humilde que siempre ha trabajado y que pone por delante su capacidad para servir a otros.
 
“Yo creo que sería una reina caritativa.En donde trabajo me gusta ayudar a las personas, apoyarlos con sus trámites. Con las personas que tienen discapacidades hay que tener dedicación, mostrar humildad; porque la reina viene del pueblo. En mis estudios, me inclino hacia la rama de los Derechos Humanos, y más si se trata de apoyar a los porteños. Sería de verdad un gran orgullo poder representarlos”.
 

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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