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Como preludio a la presentación de los bailarines dirigidos por los maestros Zoila Fernández y Guillermo Carrillo; la Camerata Mazatlán, dirigida por el maestro Percival Álvarez, esbozó el primero de los ocho números de la “Suite El cascanueces op. 71ª”, que el maestro Piotr Ilich Chaikovski compuso hace más de un siglo.En el primer acto, decenas de bailarines, entre los que destacaron Martha Mariana Romero como “Clarita”, y Eduardo Flores como “El Mago”, representaron al son de los pasos de “El Hada del Azúcar” un típico 25 de diciembre celebrado en un hogar de la antigua nobleza alemana.“El Mago”, que alegre bailaba por la escenografía que al fondo ostentaba un árbol de navidad lleno de esferas y luces parpadeantes, regaló un cascanueces de madera a “Clarita”, quien entre gráciles movimientos y volteretas lo recibió con mucho cariño. “El Cascanueces” le fue arrebatado a la niña y roto por sus hermanas y al darse cuenta de ello, “El Mago” decide repararlo. En el segundo acto, la protagonista duerme junto al pino y su cascanueces, pero, sin darse cuenta, cae en un sueño profundo donde ambos son atacados por una horda de tiernos ratoncitos representados por los más pequeños miembros del ballet.La impresionante escenografía cambió repentinamente: el pino se vuelve gigante, “El Cascanueces” toma vida (interpretado por Rainer Díaz), para danzar con soberbia técnica y ayudar a la protagonista a vencer a la “Reina de los Ratones” (Esli Millán) y sus súbditos.La segunda parte del s

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