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Reunidos en la Galería Ángela Peralta, Eduardo García Guerrero, Enrique Vega Ayala y Gustavo Gama Olmos expusieron cómo fue creándose esta obra. 
Enrique Vega Ayala, cronista de la ciudad de Mazatlán, refirió la ardua labor que, por más de dos años, sumergió al autor en la reconstrucción de los hechos que entre el 26 y el 31 de marzo de 1864 llevaron a un grupo de valientes patasaladas a luchar contra la imponente fragata Cordeliére, armada con 22 cañones, contra uno solo del improvisado ejército mazatleco.
 
Vega Ayala destacó que en esta novela histórica, Eduardo García Guerrero tuvo el acierto de hacer que la ficción articulara los hechos para dar como resultado una obra amena en su lectura, vasta en la información de aquellos días de angustia y gloria, y generosa en el contenido que permite recrear, tanto en el texto como en sus numerosas imágenes, cómo era el Mazatlán de mediados del Siglo 19.
 
Por su parte, el autor dio crédito a su amigo Gustavo Gama Olmos, como el artífice de este ambicioso proyecto, ya que a través  de su pasión por la historia del puerto, no dejó de motivarlo y apoyarlo para armar una obra que permita a las nuevas generaciones apropiarse de su historia y sentir un orgullo auténtico por sus raíces.
 
Eduardo García Guerrero también reconoció que fue gracias a su carácter imaginativo que logró dar vida a una serie de hechos que, por sí solos, podrían resultar aburridos, y no dudó en destacar la enorme aportación de sus amigos, los capitanes Carlos Angulo y Mario Velázquez, que con sus conocimientos especializados pudieron dar luz a detalles de orden geográfico y climatológico para dar precisión y realismo a su relato.
 
En su breve intervención, Gustavo Gama Olmos compartió cómo el espíritu inquieto de Eduardo García Guerrero lo llevó a tomar una pequeña embarcación para imaginar cómo ocurrió la batalla y también, desde el Cerro del Obispado de Mazatlán, buscó ponerse en los zapatos del célebre literato Ignacio Ramírez, “El nigromante”, testigo presencial de estos hechos, para hacer que la historia hablara con mayor fuerza.
 
Al final, el autor compartió que la totalidad de la taquilla recabada tras la presentación del concierto “Gala de Habaneras” se invertirá en ejemplares de “Un día para recordarse, la batalla contra la Cordeliére” para que estos sean donados a escuelas porteñ

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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