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 Previo al inicio del espectáculo apoyado por el Instituto de Cultura de Mazatlán, el productor y autor del libro Un día para recordarse, Eduardo García Guerrero, dio la bienvenida al público.
 
Este concierto nació hace siete años cuando la Escuela Náutica de Mazatlán buscaba festejar su 130 aniversario de una forma distinta y a casi una década de la primera presentación, la Gala de Habaneras, se ha presentado en 11 ocasiones en Veracruz, Ensenada, Campeche, La Paz, Isla del Carmen y desde luego, Mazatlán.
 
El Ingeniero Mecánico Naval Carlos Ibarra abrió la Gala de Habaneras con la interpretación del apasionante bolero Cita en Mazatlán de Pepe Aguilar y la habanera Todas las mañanitas, del compositor español Manuel Penella,  cobijado por músicos de la Camerata Mazatlán bajo la batuta del maestro Percival Álvarez.
 
Posteriormente interpretó  un emotivo Sueño Guajiro del “Músico Poeta” mexicano Agustín Lara y María mi faro de luz, composición de su autoría dedicada a su madre María del Carmen y su madrina Luz María.
 
Proyecciones monumentales de paisajes y monumentos porteños y bellas  imágenes que logran apreciar  los marinos durante sus expediciones enriquecieron el espectáculo.
 
Integrantes de la familia Abaroa, una dinastía de marinos mexicanos, subieron al escenario para encantar al público con el bolero  Soñar Contigo de Tony Zenet; la habanera Marinero de luces, del compositor español José Luis Perales, y la romántica pieza de Manuel Alejandro Si a veces hablo de ti,  interpretada por Lorena Abaroa y Carlos Ibarra.
 
Carlos Merino y María del Mar Merino (padre e hija) se encontraron en el escenario y complementados con una excelsa ejecución de la Camerata Mazatlán, despidieron la primera parte del concierto con un par de entrañables interpretaciones de los compositores caribeños Liuba María Hevia y Rafael Hernández tituladas Ángel y Habanera y silencio.
 
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Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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