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En múltiples espacios del Teatro Ángela Peralta, la compañía co-dirigida por Víctor Manuel Ruiz y Claudia Lavista se puso en manos de Marcela Sánchez Mota y Octavio Zeivi, directores de Foco alAire para desatar un carnaval de personajes, voces, gestos y situaciones que pusieron al descubierto el fascinante, ridículo y trágico mundo del espectáculo. 
La función comenzó en el lobby, con Claudia Lavista como Rebekah del Río con la primera muestra de la “máscara corporal”: la apropiación de la voz, el cuerpo, los gestos y las emociones de los bailarines que, en esta ocasión, volcaron sus facultades físicas e interpretativas hacia los terrenos de la música y el teatro en una noche de vaudeville, carpa, circo, cabaret: arte de altos vuelos alimentado con “show bussines” y entretenimiento basura.
 
Ya instalados en las fauces del TAP, la función se fue desgranando en una galería de personajes que incluyeron a Billy Holiday, Jeanette, Elvis Presley, Pita Amor, Paco Malgesto, Nina Simone, Barbra Streisand, no desde el terreno del playback, sino el de una interpretación absolutamente de los sonidos a través del cuerpo, dando pie a presencias extrañas, histéricas, hilarantes, conmovedoras y monstruosas al ritmo de jazz, boleros, trip-hop, rock, blues, mambo,  ritmos tropicales, entre muchos otros.
 
“Es medianoche…” permitió a los integrantes de DELFOS desbocar su creatividad, no sólo explorar a grandes íconos del entretenimiento mundial, también hubo oportunidad de hacer que los excesos de la cultura del entretenimiento, la basura, los contenidos chuscos y absurdos que desde siempre han saturado a la radio, el cine o la televisión brillaran con una luz novedosa al parodiar entrevistas, comerciales, show de TV, todo cuanto la fábrica de las luces y los reflectores puede producir.
 
El intermedio llegó tras un nuevo cuadro montado en el lobby del  teatro, evocando a Gael García Bernal en su homenaje a Sarita Montiel en “La mala educación” de Pedro Almodóvar para después reanudar los aplausos, gritos y risas con los que el público  alimentó este espectáculo y demostró su apoyo incondicional a DELFOS que en esta ocasión demostró cómo el juego es siempre un potente combustible de la creatividad con vestuarios, una extraña y sorprendente banda sonora y un encomiable trabajo interpretativo que sin duda demostró la versatilidad de estos artistas. 

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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