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El evento auspiciado por el Instituto de Cultura de Mazatlán, fue organizado por el patronato del orfanatorio y la totalidad de los fondos recaudados serán destinados  para mejorar los servicios que otorga esta institución inaugurada a principios del siglo pasado por Romanita De la Peña y que actualmente cobija a 17 mujeres a quienes proporciona hogar,  amor, comida y estudios.Gloria López Gavito, integrante del patronato dio la bienvenida al concierto.  La tercera llamada llegó a las 20:10 horas y con ella, la Camerata Mazatlán,  ejecutó la alegría de la Op. 8 La primavera, primera estación perteneciente al libro de cuatro conciertos para violín y orquesta del legendario compositor italiano Antonio Vivaldi.
Durante el concierto el nutrido público que ocupó el jardín central de la antigua casona de la calle Zaragoza, pudo empaparse con la belleza del resto de las estaciones: la fuerza y la violencia de la tormenta en Op. 8 El verano; la calma y la recolección de la cosecha después de la tormenta en Op. 8, El otoño y, la armonía, el movimiento y la incertidumbre del Op. 8 El invierno.
Vinos de dos colores, una tercia de majestuosos árboles de mango y una parvada de palomas merodeando entre halos de luz, fueron los atractivos de la noche, que junto a la limpia ejecución de la Camerata Mazatlán en el Danzón No. 6 de A. Márquez; un solo de saxofón por Sergio Freeman y la Suite para Orchesta de L. Bernstein, hicieron de West Side Music un concierto inolvidable.
 
 
 
 
 

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