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Esta presentación pertenece a una gira por once Estados de la República Mexicana que Opus Ballet está presentando gratuitamente a través de la H. Cámara de Diputados, en un esfuerzo por conservar la cultura histórica del país, y que contó con del Instituto de Cultura de Mazatlán.Los nueve bailarines, coreografiados por Ricardo Domingo, relataron con sus cuerpos un apasionante encuentro entre el México antiguo y su contraparte moderna.
El espectáculo inició con una atractiva combinación de imágenes corporales y proyecciones multimedia que representaron en el fondo del teatro a importantes símbolos de nuestra civilización prehispánica: pirámides, dioses y figuras mitológicas.
“Códices” también se erigió como un manjar sonoro gracias a que las piezas compuestas por John M. Koening, a base de trompetas y tambores, que crearon una bella armonía junto a la ejecución dancística de los integrantes de Opus Ballet.
Cuando unas luces se encendieron a nivel de piso, improvisando un cuadrilátero en el escenario, los bailarines dieron un giro estético a la presentación a través de un homenaje a la lucha libre enmascarada, emblema de la cultura popular, que quedó plasmado en la máscara de “El Santo”.
El público disfrutó el espectáculo hasta su recta final, en donde Opus Ballet realizó una ofrenda a la belleza e inmensidad de la Ciudad de México con una proyección multimedia sobre las calles de esta metrópoli y algunos de sus principales atractivos, entre ellos, el Ángel de la Independencia.
La aparición de los créditos en el fondo del teatro marcó el final de “Códices” y el público cobijó a los bailarines con sus aplausos, hasta el momento en que éstos se despidieron con una reverencia y se perdieron con el cierre del telón.
 
 

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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